La Intolerancia
La Tolerancia es el respeto hacia los demás y la virtud de la paciencia. El que no respeta a los demás ni a sus bienes y es impaciente, además de ser intolerante se comporta como un niño pequeño, que es incapaz de postergar una necesidad del momento.
Lamentablemente en Argentina hay mucha gente intolerante que aspira a satisfacer sus necesidades igual que los niños, en forma inmediata. Este grado de inmadurez provoca actos de vandalismo que nos perjudican a todos.
Nadie está libre de sufrir un percance o una demora al volver a casa después del trabajo, porque accidentes callejeros, robos, choques, huelgas sin aviso, son cosas de ocurren todos los días en cualquier medio de transporte, en una ciudad tan grande como Buenos Aires.
Algunos de estos problemas pueden estar justificados otros no tanto, lo cierto es que nuestro deseo de llegar cuanto antes alguna vez se ha visto impedido por distintas causas ajenas.
El acto vandálico producido en la Estación de trenes de Constitución, ocurrido esta semana, aparentemente debido a una inusitada protesta por la obstrucción que provocó una formación que impedía el paso normal de los trenes, pudo ser observado por televisión con todo detalle y realmente no puede menos que avergonzarnos a todos.
Los medios de comunicación hoy en día, trascienden nuestro país y además de nosotros, todo el planeta puede observar desde el exterior cómo enfrentamos las dificultades los argentinos.
Los que tuvieron la oportunidad de ver esas escenas de barbarie normalmente se sentirán inclinados a generalizar, y así podrán formarse una opinión de la intolerancia habitual que existe en este país.
Al margen de lo que otros piensen de nosotros, los que también nos miran son nuestros propios hijos que de esa manera los estamos autorizando a hacer lo mismo ni bien sus necesidades se vean frustrados en un futuro, por algún evento fortuito.
La estación Constitución ha sido remodelada con alto costo que por supuesto tenemos que pagar todos y ninguno tiene el derecho de atentar contra los bienes de la Nación porque además de ser ilegal nos daña a todos y también se están perjudicando a si mismos.
Nuestro país es como nuestra propia casa, no podemos salir a la calle a dar rienda suelta a nuestros más bajos instintos, porque también tenemos que vivir en él, tenemos que circular como peatones, como automovilistas, utilizar los servicios, y así también lo tienen que hacer nuestra familia y nuestros hijos.
Sin embargo, algunos inadaptados, incapaces de vivir en una sociedad civilizada, se atreven a destruir lo que es de todos para después ser los primeros en quejarse cuando las cosas no funcionan como desean.
Aunque sospecho que este triste hecho tiene más de ataque premeditado que de incidente casual, como suele suceder cuando están próximas las elecciones y los que tienen pocas probabilidades de ganar tratan de aumentarlas utilizando estos métodos.
No quiero pensar si alguna vez ocurriera una catástrofe verdadera, como llegarán a reaccionar si carecen de tolerancia a la frustración frente a los hechos. Sin ninguna duda, en lugar de actos de heroísmo habrá actos de depredación y será una oportunidad más para muchos de apoderarse de lo ajeno.
