Psicología Comunitaria
Lo que más necesita una nación, es educación
El enfoque Psicosocial del rol del psicólogo consiste en integrarse a una estructura multidisciplinaria que abarque todas las actividades de la sociedad, para atender los problemas de la población en riesgo.
La delincuencia juvenil, la discapacidad, la falta de trabajo, la niñez desprotegida, las adicciones, la violencia familiar, la soledad en la vejez, el embarazo de las adolescentes, la falta de vivienda, las necesidades económicas, la falta de educación, la escolaridad obligatoria, la alfabetización, etc., son los temas acuciantes que deben ser atendidos por un equipo de trabajo que integre profesionales de todas las disciplinas, donde el psicólogo tiene oportunidad de desempeñar un papel relevante.
Las comunidades marginales, o villas de emergencia son las soluciones precarias a que la gente necesitada recurre debido a distintos problemas de difícil solución; y representan un desafío para cualquier gobierno.
La mayoría de los habitantes de estas comunidades son personas que vienen de otras zonas de nuestro país y de países limítrofes con la esperanza de conseguir trabajo y tener una vida más digna.
La Argentina ha albergado a gran cantidad de inmigrantes respetando lo que dice nuestra Constitución, pero tiene que existir una mejor forma de vida en nuestro país tanto para ellos como para nuestros hermanos necesitados.
Estos sectores de la población viven en condiciones de hacinamiento que provocan graves conflictos familiares, violencia, relaciones incestuosas, embarazos de adolescentes, enfermedades, falta de higiene y mala alimentación, y atender estos problemas resulta mucho más oneroso que prevenirlos.
La educación primaria obligatoria no se cumple y los chicos viven en la calle donde aprenden a pedir limosna, a robar y a drogarse.
Sacar a los niños de la calle es una tarea de imperiosa necesidad porque estamos fomentando que se conviertan en futuros delincuentes.
Existen programas de ayuda gubernamentales que trabajan en forma coordinada para erradicar villas de emergencia, fomentar la alfabetización, prevenir las enfermedades, promover la salud, etc.; pero estas planificaciones pierden continuidad por cuestiones políticas, porque dependen de los gobiernos de turno y de la asignación de recursos. Por otro lado, la centralización de las decisiones produce una disgregación de la tarea, que se burocratiza y no llega a cumplir sus objetivos.
Las políticas de ayuda comunitaria deben promover la igualdad de posibilidades para todos los habitantes, brindándoles ante todo asistencia primaria y luego la oportunidad de educarse y capacitarse adecuadamente en forma permanente.
Los programas de acción comunitaria deben desarrollar acciones preventivas masivas y campañas para que la gente tome conciencia sobre la necesidad de la educación y protección de sus hijos.
Un Psicólogo clínico, en la mayoría de las universidades, no tiene una preparación para un trabajo comunitario, porque su formación académica se centra en la actividad individual.
La carrera de Psicología, de todas las Universidades, debe incluir en sus programas de estudio esta capacitación especializada, de manera que un psicólogo bien entrenado pueda desempeñar el papel que le corresponda en esta emergencia nacional con los recursos académicos más actualizados y con la tecnología más avanzada.
En el Noroeste argentino, y también en otros puntos del país, existen organizaciones no gubernamentales dedicadas a la ayuda de las comunidades aborígenes mediante la formación de cooperativas. Proporcionan información y capacitación a la población para el desarrollo de emprendimientos comunitarios, aprovechando los recursos regionales.
Cada municipio, debe contar con un equipo interdisciplinario que se ocupe en forma permanente de las necesidades comunitarias, porque es la única manera de poder llegar eficazmente a solucionar los problemas de la gente, estando en contacto estrecho y conociendo sus condiciones de vida.
