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La Felicidad se Aprende

Publicado por Malena

la felicidad se aprende

En el Instituto Willi-Hellpach, de Heidelberg, Alemania, se dicta desde el año pasado, en el nivel secundario, una asignatura opcional denominada Felicidad.

El objetivo consiste en conseguir que los alumnos logren un mejor estado de bienestar físico y mental.

El mentor de este proyecto es el director de esa institución, Ernst Fritz-Shubert, profesor de economía política, economía de empresas y ética.

Esta experiencia docente piloto ha causado gran conmoción en los ámbitos académicos y ha recibido el apoyo del ministro de cultura del estado de Baden-Württenburg, ya que coincide con su idea de transmitir a la juventud confianza, autoestima, esperanza, alegría de vivir y orientación para el desarrollo de la personalidad.

Este intento trata de resolver posibles carencias familiares, ayudando a estimular la salud física y mental de los alumnos e intentando brindarles las bases necesarias para enfrentar la vida y lograr una vida feliz.

El objetivo se centra en fortalecer la personalidad en todos los aspectos y enfatizar la importancia de la actitud serena para tener una vida feliz.

El sociólogo Aaron Antonovsky, propone que se puede experimentar estrés positivo si alguien está convencido que su vida tiene sentido y que está en condiciones de controlar sus problemas. Al mismo tiempo afirma que la condición más importante para lograr estos objetivos es alcanzar un estado de ánimo estable.

Hay muchos que pueden pensar que la felicidad no se puede enseñar, sin embargo se ha probado empíricamente que un estado feliz es una característica común en personalidades estables, aunque ésta sea una condición que pueda sufrir alguna leve variación, fácil de revertir aún frente a adversidades severas.

Para Ernst Fritz-Schubert, practicar la atención permite ser más consciente de las percepciones.

El bienestar se logra por medio de distintos factores, tanto materiales como espirituales, como la satisfacción de las necesidades orgánicas, el sentimiento de pertenencia, el reconocimiento, y la realización personal con la sensación de poder cumplir nuestro destino.

Los ejercicios se centran en educar en forma positiva la emotividad, promover la imaginación mediante visualizaciones de buenos recuerdos y fomentando el pensamiento positivo.

Sonja Lyubomisky pudo comprobar que la evocación de recuerdos gratos, continúan proporcionando sensaciones de bienestar a través del tiempo.

Esta experiencia demostró una mejoría del sentido comunitario de los alumnos y del bienestar de las experiencias sensoriales, con respecto al grupo control.

Los que asistieron al curso demostraron estar más contentos con sus amigos y compañeros y también con sus familias y sus grupos sociales, además de sentirse más a gusto en la escuela.

Hubo menos alumnos con experiencias negativas con sus relaciones, y que fumaran y bebieran en exceso.

Los resultados de las encuestas realizadas por Wolfgang Knörzer, de la facultad de Heidelberg, con alumnos que cursaron la materia Felicidad, con respecto a la misma cantidad que no la cursó, demostraron que los primeros tenían mayor conciencia de sus logros y mejoraron sus recursos para superarlos.

Los participantes consiguieron mayor confianza en si mismos y mayor sentido comunitario.

Sin embargo los alumnos que participaron se mostraron renuentes a extender ese mejoramiento más allá del ámbito de esta asignatura, o sea que el vínculo logrado entre ellos no se llegó a trasladar a sus compañeros de otras materias.

Para poder enseñar esta asignatura, el docente debe tener conocimientos de terapia familiar, pedagogía teatral y del movimiento, alimentación y nutrición, y de prevención de las dependencias.

Para capacitar a los educadores se utilizó la colaboración de un terapeuta familiar, un entrenador de motivación, una psicóloga, un pedagogo en relajación, actores teatrales, una bailarina y un director deportivo de futbol.

Fuente: Revista “Investigación y Ciencia”, Mente y Cerebro, julio-agosto/09.