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Traumas infantiles que nos afectan de mayores

Publicado por Israel Rios

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Lo típico cuando pensamos en ir al psicólogo es que nos vamos a encontrar en un diván siendo interrogados sobre nuestra vida hasta llegar a la infancia en donde supuestamente encontrarán el origen de muchos de nuestros traumas.

Y así es en parte ya que evidentemente nuestra infancia nos marca para el resto de nuestra vida ya que los primeros años van a ser no solo los del desarrollo físico sino también lo de desarrollo mental y emocional.

Está más que demostrado que hay comportamientos por parte de los padres o del entorno más cercano del niño que son  tan difíciles de digerir para una mente infantil que acaban convirtiéndose en traumas quedando atrapados en nuestro subconsciente.

Todavía de mayores se siguen disparando estos traumas ante determinadas situaciones y en muchos casos se hace necesario realizar un estudio para poder llegar al origen, a la causa que normalmente encontramos en alguna situación de nuestra infancia.

Los problemas y conflictos que vivimos en los primeros años de vida nos siempre se quedan en el olvido. Puede que no los recordemos pero en realidad se quedan bien pegados en nuestro inconsciente siendo el resorte de muchos de nuestros comportamientos erróneos en el presente.

Esto que os estamos hablando te servirá para poder indagar en tu pasado y averiguar las causas de muchos de nuestros traumas y también, como padres, para poder evitar a nuestros hijos estas huellas imborrables que les acompañaran durante toda la vida como resortes de muchas de sus acciones, sentimientos y pensamientos. Aquí podemos darnos cuenta de la gran responsabilidad de tener hijos.

La Teoría del Apego nos da las claves para poder entender el porqué la relación con nuestros padres en la niñez marca tanto nuestra etapa más madura. En definitiva y en los dos extremos de la teoría tenemos el apego seguro por un lado al que se llega a través de una relación correcta entre padres e hijos convirtiendo a estos en personas abiertas y con una alta autoestima en lo años venideros.

En el otro extremo tenemos el apego evitativo, desorganizado o ambivalente que nos proporciona una visión negativa de nosotros mismos y del mundo.

Algo que debemos de decir en este punto es que no tenemos porqué cargar con este peso para toda nuestra vida, podemos arreglarlo con la ayuda de un buen profesional que nos enseñe a indagar en nuestro subconsciente con el objetivo de encontrar las causas secretas de muchos de nuestros comportamientos inadecuados.

El rechazo percibido en la infancia por el niño de parte de los padres es una de las causas de mayores traumas en los años posteriores. De esta manera el miedo al rechazo crea una persona insegura de sí misma, con un constante miedo a fracasar y con una gran necesidad de tener la aprobación de los demás.

Ante el problema del rechazo en la infancia podemos empezar a valorar las habilidades positivas, los logros, los éxitos para poder empezar a tomar decisiones y de esta forma comenzar a hacer lo que más nos guste en esta vida.

El abandono es el otro gran problema de la infancia sufrido por niños que por causas de trabajo u otros factores han podido ver poco a sus padres. De esta forma se crea un miedo al abandono y una dependencia emocional en todas las relaciones que a lo largo de la vida esa persona logre tener. Esas personas deben de aprender a estar a gusto consigo mismo sin necesitar a nadie más para ser felices.

La Humillación es algo muy difícil de llevar por parte de un adulto de tal forma que nos podemos imaginar lo que tiene que ser para un niño y las consecuencias de vivir constantes experiencias de humillación social. Personas que han sufrido estas humillaciones deben de aprender a perdonar.

La injusticia y la traición son otras de las causas en la infancia de problemas de adaptación en las edades más maduras.