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La Adopción en Matrimonios Homosexuales

Publicado por Malena

La adopción en matrimonios homosexuales

La adopción en Argentina es un trámite difícil, aún para matrimonios heterosexuales con óptimas referencias

La ley recientemente aprobada por el Congreso de la Nación, legitima la relación de parejas homosexuales que deciden unirse en matrimonio.

Existen muchas parejas de homosexuales que conviven desde hace muchos años y que llevan una vida normal; pero la homosexualidad se ha relacionado durante mucho tiempo con la vida promiscua.

Por esta razón principalmente, a gran parte de la sociedad le resulta difícil aceptar esta realidad – aunque sepa que existe, como algo oculto; pero no como algo público que se pretende blanquear para gozar de los mismos derechos de los demás.

Al margen de los prejuicios y de las discusiones que genere este fenómeno, la vida es cambio; y las transformaciones no dependen del juicio de valor que haga la gente sino que son consecuencia de los hechos.

Según Sigmund Freud, la homosexualidad es la consecuencia de una identificación negativa, o sea con el progenitor del mismo sexo, por distintos motivos.

El cambio de rol de la mujer en la sociedad y la falta de presencia de la figura paterna en los matrimonios heterosexuales puede provocar en los hijos varones homosexualidad y también en la mujer, aunque en este caso, el proceso sea más complejo que en el del hombre.

Las parejas de homosexuales unidos en matrimonio desean tener los mismos derechos que gozan los matrimonios de heterosexuales, por ejemplo, la posibilidad de adoptar un hijo.

Ante la dificultad que existe para adoptar, la ciencia permite hoy en día optar por otros métodos, tanto a los matrimonios heterosexuales como a los homosexuales, o sea tener hijos propios por medios artificiales o no convencionales.

Las mujeres pueden concebir mediante inseminación artificial con el aporte de espermatozoides de un donante anónimo y los hombres alquilando un vientre inseminado artificialmente con el espermatozoides de uno de ellos.

Estos métodos no están al alcance de todos, pero también en el caso de la adopción existen exigencias y condiciones económicas que hay que cumplir para ser padres adoptivos.

Pero no basta con solucionar el problema de tener un hijo, porque también se necesita, para el bien del niño que la sociedad lo acepte y no lo discrimine.

Aunque el matrimonio gay haya sido legalizado en este país, aún existe discriminación y existirá durante mucho tiempo.

Por lo tanto, será difícil explicarle a un niño su condición diferente y es posible que no le resulte fácil ser aceptado por sus pares o por los grupos con los que se relacione.

En cuanto a la identificación que necesita, para gozar de una sexualidad normal, en las parejas homosexuales también existen la diferencia de roles, aunque ambos sean del mismo sexo. Uno de ellos suele adoptar el rol pasivo y el otro el activo, aunque en la intimidad los dos actúen los dos papeles.

Según Freud, los homosexuales tienen una identificación negativa, o sea, desean ser como la madre para tener al padre, permaneciendo siempre con el anhelo de un padre ausente, pasivo o rechazante, que es lo que hará que su tendencia sea homosexual.

No está comprobado que esta tendencia sea debido a una disminución hormonal, pero no se sabe tampoco si el comportamiento sexual que adopta una persona pueda influir en el desarrollo y funcionamiento de su actividad hormonal.

La personalidad de caracter tímida y retraída también puede recurrir a la homosexualidad debido a las dificultades que puede tener para enfrentarse con el otro sexo y la mayor facilidad para acceder sexualmente con sus pares, a quienes conoce y no se diferencian de él.

Existe una etapa del desarrollo psicosexual denominada homosexualidad del adolescente, cuando es común que los jóvenes tengan relaciones homosexuales entre ellos, sin ser esto una condición que obstaculice su normal desarrollo sexual.

La sexualidad femenina también se relaciona con una identificación negativa, el deseo de tener a la madre identificándose con el padre, con el agravante que la mujer tiene que cambiar de objeto sexual, o sea la madre, y lograr establecer una relación sexual con una pareja heterosexual no incestuosa.