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Goce: pulsión de muerte y libido

Publicado por Betina Ganim

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Jacques Alain Miller nos presenta en su seminario “Los divinos detalles” cómo de la mitología de las pulsiones freudiana, Lacan hace una lógica del objeto a. Es decir, la traducción lacaniana de la mitología freudiana respecto de las pulsiones, una lógica que entraña su invención: el objeto pequeño a.

Miller propone llamar a ese objeto a, en términos freudiano, satisfacción de la pulsión. Es decir, el objeto a es la satisfacción de la pulsión como objeto.

No tiene que ver con que la pulsión se dirija a un objeto en el exterior, sino que más bien se trata, en términos freudiano, de lo que se produce en el camino que va de la fuente a la meta. A lo largo de este camino esta pulsión “mitológica” tiene eficacia psíquica.

Ya Freud mismo había diferenciado un fin externo de la pulsión, de un fin que él llama “interno”, que es el cambio que se produce en el cuerpo y que es sentido como satisfacción: un estado constante e invariable.

Esto entonces nos lleva a rectificar la teoría de la pulsión que implica representarla como el empuje hacia un objeto. Esta es la idea que podemos hacernos en un principio con Freud, en tanto ese objeto puede ser representado por ejemplo por el alimento: “Como, entonces se me pasa el hambre”. Esta representación de la pulsión a partir de conseguir el objeto lo cuestiona el mismo Freud cuando se da cuenta de en cuanto a la finalidad profunda de la pulsión, el objeto es totalmente indiferente. Y que a partir de su búsqueda., lo que s e trata de obtener es una satisfacción del propio cuerpo.

Es la noción de satisfacción que se produce en el recorrido mismo, lo que lleva a Freud a modificar la concepción previa. Lacan dirá, que lo importante es la satisfacción en el circuito de la pulsión.

Tal modificación permitirá aclarar el análisis que hace Freud. La satisfacción que se produce tiene que se r calificada desde ahora, de objeto de la pulsión.

Ahora bien, hasta qué punto, se pregunta Miller, nos podemos conformar con el planteo de que lo que está en juego es un cambio corporal que se siente comos atisfacción. En este sentido, ¿habría que plantear que la satisfacción d ela pulsión se siente comos atisfacción, o bien habría que afirmar, siguiendo a Lacan, que la satisfacción puede ser inconsciente (es decir, que no es sentida como satisfacción corporal)?

Asistimos aquí al desplazamiento que hace Lacan de la cuestión, introduciendo el concepto de “goce”, la satisfacción del sujeto del inconsciente.

El concepto lacaniano de goce que Miller nos da en este curso es una fórmula que incluye la libido y la pulsión de muerte. Este es el punto culminante del pensamiento freudiano. Libido y pulsión de muerte: un binario que parece indicar dos tipos de satisfacción diferente. Y aquí es donde se diferencian los modos de abordar la experiencia psicoanalítica respecto de la «ego psychology».

FUENTE: MILLER, JACQUES ALAIN. LOS DIVINOS DETALLES. LOS CURSOS PSICOANALÍTICOS DE JACQUES-ALAIN MILLER. ED. PAIDOS