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«Me faltas»

Publicado por Betina Ganim

En cuanto a esta tríada lacaniana: necesidad, demanda y deseo, decimos que es una definición nueva del amor. Una definición que se diferencia del amor freudiano, en tanto éste tiene al narcisismo como factor central.

En entradas anteriores me he esforzado por transmitirles esta cuestión del amor en el Seminario IV de Lacan, sirviéndome del seminario Donc, de J-A Miller. Es que considero que Miller aquí hace un comentario exquisito de ese Seminario lacaniano sobre La Relación de Objeto.

Miller dice que allí Lacan está abocado a demostrar que no solamente existe la necesidad y la satisfacción; que en lo que hace al psicoanálisis no podemos dar cuenta del objeto solo partiendo de esos conceptos.

Lacan elabora esta cuestión demostrando cómo existe de entrada un Otro al que se llama, que entorpece las cosas, digamos. «Tengo sed-quiero agua»; en tanto este llamado (por el objeto que se necesita) es dirigido a Otro (un Otro con mayúsculas, simbólico) ya ahí esa demanda está significantizada por el Otro: entonces te da agua; «ah, no, pero no es agua lo que quería…» Bien, ¿se entiende el ejemplo, cómo se da esta dialéctica de la necesidad y la demanda? No se trata simplemente de lo que se verbaliza en ese llamado; sino más bien que lo que hay que entender es que ese Otro al que se dirige la demanda, le va a dar un sentido… Y ahí vienen los problemas.

Bueno, eso por un lado. Por otro, tenemos el don. Ese don que no tiene que ver con el objeto que se da. Y se trata de una demanda diferente a la demanda por la necesidad; es una demanda que va más allá del objeto de necesidad. Esta es una demanda que tiene su origen en el amor.

Miller nos dice que este Seminario de Lacan funciona como un «laboratorio» de hechos clínicos que se desprenden de esa tríada: necesidad-demanda-deseo, y que tiene que ver con el amor.

La tesis de Lacan aquí es que la demanda de amor es demanda de nada; el tema es que lo que se demanda es «lo que sea». No se trata de demanda de una cosa o de otra, sino de una demanda de…nada…o ¡de cualquier cosa! Pero, dice Miller, ojo, lo que sea» en tantotenga que ver con algo del orden de la falta: «Me faltas».

Es en este sentido que ese don de amor que apremia al don de objeto, es inverso en su valor; porque dar, se da lo que se tiene. Dar significa que el Otro tiene, que no le falta.

En cambio, lo que llamamos don de amor, como prueba de amor es justamente que «no tengo, me faltas».

Es así queen relación a la demanda tenemos una doble vertiente:

1) La demanda que surge de la necesidad (la demanda simple la llamé en otros posts) se dirige a un Otro que tiene;

2) La demanda de amor, en cambio, está dirigida a un Otro que no tiene.

me faltas

Esto es lo que tantas veces he introducido, en relación a una definición lacaniana del amor: El amor es dar lo que no se tiene; es decir, dar una prueba de la propia falta.

MILLER; J-A. Donc.