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Lo que falla en la psicosis

Publicado por Betina Ganim

Siguiendo con el esquema que venía trabajando -partiendo de la conferencia de Larriera sobre Narcisismo y Psicosis, vemos que la madre le va proporcionando al niño los diversos objetos a partir de los cuales, en la relación con ese punto m, ese proto-yo, esa primera Urbildt, esos objetos van a ir constituyendo esa relación con el niño. En ese proceso que dura un tiempo, aparece esa imagen del otro que permite que precipite ese yo. Ahora bien, ese yo es el que va a tener que ir procesándose simbólicamente; si no, solo me quedo en esa Urbildt y no puedo salir de eso.

Ahora -avanzando sobre lo que falla en la psicosis- de este otro lado del esquema, este yo tiene que ir significantizándose, simbolizándose, tiene que ir subjetivándose, para dar lugar a lo que es una identidad, que va a plasmar en este punto: cuando ya el yo accede al triángulo simbólico y precipita como Ideal del Yo. (m-I)

¿Qué cosas pueden suceder en este trámite? Que el niño no sea un niño deseado. Dice Lacan que es más grave no ser deseado que ser insatisfecho. Muchas veces un niño no es deseado pero sin embargo es satisfecho, se lo atiende en sus necesidades; pero no está sólidamente instalado en el triángulo simbólico (M-N-P), por lo que puede haber también problemas de constitución.

Este Padre como símbolo, este Nombre del Padre no es el Padre real, no hace falta que haya un padre real para que funcione ese triángulo simbólico. Depende de la posición simbólica o no que tenga la madre -o la persona que se hace cargo de ese niño. Una madre en un matrimonio “bien constituido” (en términos de lo que determina el Código Civil y la Iglesia) puede ser una “mala madre” en el sentido de que no ha deseado ese hijo, es decir, ese hijo no es aquello que la colma –la maternidad no es otra cosa que llenar un agujero, por eso la maternidad no es la feminidad.

En este punto, Larriera se detiene en esta diferencia: ser mujer y ser madre son caminos diferentes aunque ideológicamente y biológicamente se confundan.

Una mujer tiene que ver con la falta, mientras que la maternidad tiene que ver con la obturación. El niño obtura la falta, esa no es más que la función fálica que ya le había atribuido Freud con esa ecuación simbólica “pene=niño”, que un niño colma la falta de la madre.

Ahora bien, eso no es un “defecto”; ese procedimiento es necesario para la constitución del niño y del narcisismo. Eso es la esencia de la maternidad.

Es más, sabemos que los modelos actuales de familia nos muestran otra configuración. Por ejemplo, no podemos decir que esto no funciona en una pareja homosexual. Todo depende de cómo funcione lo simbólico en cada uno. De hecho, verificamos que de las parejas más “normales” salen psicóticos.

Tal vez se estarán produciendo cosas raras -aún no recogemos esa clínica; pero no podemos decir que los resultados sean peores…