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Alienación y separación

Publicado por Betina Ganim

Hoy no se si podré llegar a concluir con este film de cinco fotogramas que nos plantea Miller respecto del concepto de goce en la enseñanza de Lacan, porque han quedado algunas cosas respecto del cuarto paradigma (los remito al post anterior) que me gustaría transmitirlesgoce fragmentado 2.

Esto tiene que ver con los desarrollos que tenemos en el Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, y cómo llega Lacan allí.

Repasando un poco, los tres primeros paradigmas del goce tienen que ver con una separación tajante entre el significante (lo simbólico) y el goce; un goce imaginarizado que Lacan va de a poco introduciéndolo en el campo de lo simbólico, significantizándolo. Luego demostrará que en realidad ese goce queda por fuera de lo simbólico, que es imposible de simbolizar.

Pero en este Seminario que da en 1964, el Seminario 11, Lacan va haciendo un movimiento reconstruyendo un mecanismo del cual se capta su finalidad solo al final: me refiero al mecanismo de separación y de alienación que allí desarrolla.

Lacan va buscando con su teoría de los conjuntos una especie de articulación, de relación entre lo simbólico y el goce (que venía planteando como algo totalmente separado del significante, por fuera del conjunto simbólico, digamos)

En este Seminario más bien Lacan trata de demostrar que el goce no es un agregado, sino que está estrechamente integrado, insertado en el funcionamiento mismo del significante, campo al que es totalmente acorde.

¿Se puede ver este movimiento?

Este mecanismo de alienación y separación son dos operaciones que Lacan distingue. La separación responde a la alienación, operación ésta puramente simbólica.

El esfuerzo de Lacan está en demostrar que esta operación de alienación tiene como efecto necesario un efecto de goce, al que llamará separación. Aquí es donde integra significante y goce.

A ver, en términos freudianos podríamos decir que la alienación corresponde a la identificación y la represión: sabemos que la identificación tiene que ver con un significante que representa al sujeto, un significante que está en el Otro y al cual el sujeto se identifica, pero que a la vez es un conjunto vacío. Esto es la división subjetiva para Lacan.

Por otra parte, dijimos que la alienación corresponde a la represión; esto es, tomando la cadena significante mínima S1-S2, la represión hace que uno de esos términos pase debajo de la barra, ese que representa al sujeto.

En resumen, la alienación para Lacan es lo que se produce en la articulación entre la identificación y la represión; esa articulación entre dos mecanismos que son significantes, simbólicos.

Y la separación será aquello que freudianamente entendemos como la función pulsional: donde teníamos al sujeto como conjunto vacío, allí mismo viene a instalarse el objeto a lacaniano, el objeto perdido freudiano. A ese lugar es que viene el objeto a.

Cuando en el Seminario 7 decíamos que el acceso al goce era por la transgresión, en el Seminario 11 tenemos que la separación es lo normal en la pulsión, ya que responde al vacío que resulta del mecanismo de alienación (identificación y represión); es decir, el goce es intrínseco al significante.

FUENTE: MILLER, J-A. «Paradigmas del goce»