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Cuerpo e imagen especular

Publicado por Betina Ganim

sy e ideal del yo

Seguiré ampliando la cuestión del cuerpo en psicoanálsiis. Como venía hablando de esto, me pareció bueno en este punto introducir la cuestión del fracaso en la apropiación de la imagen unificada del cuerpo, que se manifiesta en fenómenos que dan cuenta de que algo de la imagen ha sido tocado- En los esquizofrénicos se presenta esta fragmentación corporal que es devastadora. En la psicosis, el padecimiento del cuerpo es realmente terrible…

En cambio, en la histéricas, en las somatizaciones por ejemplo, lo que se puede revelar es que que el tener una pierna inmovilizada, o el estar ciega, eso no le impide de todos modos mantener esa unificación del cuerpo; es decir, que mantiene su imagen en el espejo aunque tenga implicaciones orgánicas notorias.

Repasemos un poco algunas nociones básicas en este asunto: Que el yo se constituya, depende del haberse apropiado de la imagen del espejo, una imagen unificada que se le devuelve a un organismo aún incompleto. Eso es lo que produce ese «júbilo» del que habla Lacan en su escrito sobre el Estadio del Espejo. Y lo que permite que se produzca esa apropiación de la imagen aunque le sea extraña, es esa alteridad del orden simbólico que llamamos Ideal del Yo.

En algunas situaciones, la imagen de sí mismo toma una extrañeza de las características de aquel período: esos fenómenos de despersonalización que no solo existen en las psicosis sino que suelen ser situaciones vividas por el sujeto histérico. De hecho esto es algo que se verifica día a día en la clínica, en consulta.

Claro que en la esquizofrenia estos fenómenos de despersonalización son más agudos e invasivos…Podemos decir que el esquizofrénico pierde el dominio sobre su cuerpo, su cuerpo no le le pertenece en absoluto.

En la actualidad, el cuerpo parece ser el nuevo Dios. Teniendo en cuenta el perfeccionismo del cuerpo que se exige, dietas de altísimo sacrificio, ingresarse prácticamente en un gimnasio, «matarse haciendo pesas» y ejercicios para estar a la altura de lo que la época exige… Se llega hasta las extirpaciones, las extracciones, los recortes del cuerpo que llevan hasta la muerte en algunos casos. ¿Cuántos casos se conocen de mujeres obsesionadas por su peso y su «figura» (sea con el motivo que sea) que mueren en una de esas operaciones «estéticas»?

Esta unión entre belleza y goce la podemos ubicar en el Seminario de Lacan, a partir del Seminario 7, La Ética del psicoanálisis, donde podemos leer algunas consideraciones que llevan a esta relación entre lo imaginario y el goce. En el Seminario 7, Lacan plantea que la belleza es un velo que oculta y a la vez evoca lo real del goce (en tanto horror)…

Pero en la primera enseñanza de Lacan el goce estaba ligado a lo imaginario, en tanto ambos registros quedaban por fuera de lo simbólico (el registro privilegiado para Lacan en ese momento). En este época, Lacan sostenía que el goce tiene un estatuto imaginario y y que deriva del Yo como instancia imaginaria (de esta manera coincide con Freud, para quien el Yo era una repertorio de libido.

FUENTE: REVISTA FREUDIANA NUM. 63, ELP, BARCELONA.