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Edipo, Ideal del Yo y Superyó

Publicado por Betina Ganim

amor y pulsion

Siguiendo con el posta anterior, cuando Lacan habla del «complejo de masculinidad», lo que observa es que eso cae justamente sobre la base de que ella constituye un ideal de qué es ser mujer, que no es el de hacerse hombre. Pero dice Freud que hay casos de mujeres donde esto se fijó y ya tienen 20 años, por ejemplo, y tienen ideales que parecen no típicos, como que algo ha fallado de la identificación al ideal…

Esto era así de simple: por identificación a un ideal uso faldas, perfumes, me maquillo. «Pero no, me gusta montar en bicicletas y jugar al football…».

Por supuesto que estos ideales se han trastocado mucho en el siglo XX y ni qué hablar en el siglo XXI. Pero eso no cambia que observemos un complejo de masculinidad abrumador y del que las mujeres pueden quejarse.

Ante la pregunta que podemos hacernos de que si no hay ideal va a haber sexualidades más complejas o variadas, respondemos que sí.

El fracaso del tercer tiempo, siguiendo a Lacan con Freud, ese tiempo en el que se ubicaba la conquista de estos ideales es el punto clave. Es el que nos muestra la fisura entre el Edipo familiar y el objetivo que tenía cuando funcionaba, que es la posibilidad del lazo y de la inclusión del sujeto en el mundo social.

Bueno, si falla la del ideal, ¿cómo te ubicás en el mundo?

Pero de todos los ejemplos posibles de conflictos a nivel de la sexuación por ideal, toma este porque también permite ver qué pasa con la mujer en la etapa fálica.

Si vamos al superyó, que también lo ubicamos con Freud en la salida del complejo de Edipo, es como el héroe, de la salida del padre, normativizante en un punto. Pero este es un tema de dificultad, porque leyendo a Freud se podía sacar una cosa u otra, se podía inventar el superyó bueno y el superyó malo. Y un uso del superyo prácticamente igual al de la noción de ideal. Así como Lacan tuvo que poner firme la distinción entre yo ideal e Ideal del yo después trata de hacer una distinción clara del superyo y del ideal.

Lacan dice que el ideal es una función simbólica pero del lado tipificante. Y como lo dice su término, ideal del yo, el punto de mira por identificación a un rasgo cultural. Ese que se introyecta y que ordena el plano narcisístico. Y canaliza de una cierta manera el deseo. En eso es normativizante. Porque si tenemos un ideal ya no podemos tener una completitud narcisística; ni creernos que somos el falo, ni todo eso que nos pasó en el segundo tiempo del Edipo.

Pero si se sale, por definición entre el ideal y la vida de uno en el espejo, hay distancia. Y por esa distancia, se desea. Por supuesto. ¿Qué se desea? Tratar de cumplir el ideal. ¿Qué se recomienda? No tomarse eso en serio, porque si uno se cree que lo va a lograr cumplir, viene un ataque de angustia.

Así que siempre es bueno tener objetivos, planes, eso es normalizante. Es toda una manera de canalizar la cuestión del deseo. Y ese es el énfasis de Lacan en este momento de su enseñanza.

FUENTE: LACAN, JACQUES. EL SEMINARIO DE JACQUES LACAN, LIBRO 5. ED. PAIDÓS