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El que desea y lo que desea

Publicado por Betina Ganim

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Podemos decir que respecto del deseo, ya desde Freud se trata de la castración del objeto imaginario; la relación simbólica de un objeto imaginario es darle lugar a un deseo simbólico. Es que desde entonces aparece una práctica en una cierta cultura y es facilísimo que lleven esa dirección… Toda la pasión imaginaria es narcisismo, castración y se trata de cómo dar el deseo con una pérdida tan grande de su realización en lo imaginario.

Así que hay una tendencia facilísima a creer que el psicoanálisis es una especie de apéndice no de cualquiera, de la religión occidental.

Pero, siguiendo con los posts anteriores, en cuanto a las fórmulas del deseo que explicita Lacan en su seminario 5(«Las formaciones del inconsciente»)tenemos una tercera línea de fórmulas que indica qué podría ser, si es que se puede pensar lo real del deseo. O si hay algo real en el deseo.

Y por supuesto que eso es lo que de a poco Lacan «tironea» para salvar al psicoanálisis, de la realización puramente simbólica del deseo. Pero que el psicoanálisis está un poco comprometido con eso, seguro. Así que el consultorio debe ser un poco austero y no es que tratamos al paciente diciéndole: vamos a ver películas y cosas lindas. Un consultorio greco-romano, un spa para que aprenda a gozar… No, más bien un consultorio sumamente austero. Llegar a la austeridad máxima y decir: usted es simbólico. Hable. Asocie libremente.

Va a tener que buscar en lo simbólico.

Este es un comentario general, pero es para decirles que de estas tres fórmulas son tres vertientes de la problemática del deseo, muy difíciles de resolver, especialmente en términos de a qué apuntamos en la dirección de la cura.

En esa tercera fórmula aparece una «fi» mayúscula. Todas estas letritas son completamente nuevas pero todas están ya empezando a escribirse en el grafo. Y este seminario es el de la paulatina construcción del grafo. Así que estas fórmulas tienen mucho que ver con lo que él va situando en el grafo.

Si repasamos las otras fórmulas tienen la pequeña d que ya en el grafo: es deseo. Tienen ya escrituras de significación del sujeto, sujeto del significante, sujeto barrado. Y un objeto. Y tienen la relación imaginaria tal como está en el grafo: la imagen del otro y en qué eso es propiamente el moi, la m pequeña.

En la segunda tiene demanda, la D.

En la primera el sujeto es con un objeto. O sea todavía no es objeto a. Porque hay que pensar eso en el deseo. Salvo que tengamos una teoría instintiva u orgánica, tenemos que pensarlo en psicoanálisis. ¿Qué quiere decir que el deseo esté articulado al significante? Que tienes que resolver quién desea y qué desea…

Entonces el sujeto y el objeto tienen que estar de alguna manera articulados. Ese es el tema que el psicoanálisis complica.

Así que el que desea y lo que desea no es transparente a nuestras conciencias.

Seguiremos el post siguiente.

FUENTE: LACAN,J. EL SEMINARIO, LIBRO 5, LAS FORMACIONES DEL INCONSCIENTE. ED. PAIDÓS.