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El saber y el objeto

Publicado por Betina Ganim

restos

En el Seminario IX de Jacques Lacan, acerca de La Identificación, él postula, retomando la cuestión de la privación abordada en el Seminario IV (Las Relaciones de Objeto) que ésta es el punto de partida del sujeto en su inscripción simbólica; es decir, tenemos el concepto de que el significante es en tanto la diferencia (un significante es lo que los otros significantes NO son) O sea, que solo se significa a sí mismo. Podemos decir entonces que su marca en lo real (en tanto rasgo unario) connota la diferencia en estado puro.

Por esto decimos que el sujeto es fundado a partir de tal diferencia, en tanto lo que un significante representa para otro, alojándose en el corte, en esa discontinuidad en la cadena significante, como una «nada». Y ese corte da cuenta al mismo tiempo del vacío del objeto (ausencia) que marca el famoso juego del Fort-Da, en esa dialéctica de presencia-ausencia. La presencia en tanto el significante es el que establece esta oposición.

Es allí donde eel sujeto se ubica en el corte del objeto, el «a», que un año después tendrá su plena formalización en el Seminario X, sobre La Angustia. El objeto pequeño a, como «causa de deseo», en contraposición con lo que hasta ese entonces era considerado «objeto del deseo».

Ahora, ese objeto a será el residuo, un resto irreductible efecto de la operación de la división, de la barredura del sujeto en el momento de entrada en el campo del Otro. Un resto de su inscripción en el mundo simbólico. Es así que este objeto a se convertirá en la «casa» del sujeto.

En este punto hay que decir que se produce un giro en la enseñanza de Lacan, ya que si el momento de privación supone la exclusión del sujeto, la fuga, esto va más allá de la incidencia del significante fálico en la localización del sujeto; en este momento de la enseñanza de Lacan se trata más bien de la producción del objeto pequeño a como su contrapartida.

Ahora bien, si nos vamos un poco más adelante, a su Seminario XIV, La lógica del fantasma, hay una formalización lógica de este momento en el que el sujeto se aliena al campo del Otro. El objeto a será ahora localizado en el punto de intersección entre ambos. De esta manera, el comienzo del sujeto se sitúa en el corte significante en relación con la caída del objeto «a» que le falta al Otro.

Es necesario destacar en este punto -y por eso el título del post- que en lo que refiere ala privación, no se trata aún de «saber o no saber». Será después de un rodeo que se considerará al sujeto en su relación al Otro de la demanda y el deseo, cuando se le revelará que ese saber «es él mismo a rechazar»; es decir, que ese saber está más allá o más acá de su deseo.

Podemos situar este nivel como la frustración imaginaria, en la cual se ubica la estrategia neurótica respecto del saber.

FUENTE: EXTENSIÓN 5. CÁTEDRA DE PSICOPATOLOGÍA. UNLP. ED. DE LA CAMPANA, LA PLATA, ARGENTINA.