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El semblante

Publicado por Betina Ganim

semblantesLacan introduce la categoría de «semblante» en su Seminario 18 «De un discurso que no fuera del semblante»(1971) al articularlo a los Discursos, introducidos en su Seminario anterior, en 1969-1970, «El Reverso del Pscoanálisis».

En el título mismo de este Seminario 18, Lacan quiere decir que el discurso «es» del semblante, que el semblante se produce solo en el discurso. Esto no solo implica que ambos conceptos, discurso y semblante, son solidarios entre sí, sino que además sostiene la tesis lacaniana de que el semblante concierne a la función de verdad.

La verdad en esta dimensión responde a la lógica proposicional. Así Lacan considera que la verdad se inscribe en una proposición y está articulada con un saber propio.

Epistemológicamente, el semblante es una categoría, nos dice J-A Miller en su Curso «De la naturaleza de los semblantes». Una categoría en tanto cualidad de un objeto, algo que la transforma en un conjunto en el que se pueden colocar objetos de la misma naturaleza.

Así, la categoría de semblante la podemos ubicar al lado de lo simbólico, lo imaginario y lo real. Pero es una categoría que incluye lo simbólico y lo imaginario, frente a lo real. Es decir, el semblante nos permite hacer algo con ese real.

En cuanto a los semblantes de saber, tenemos un vaciamiento de la referencia, como efecto del lenguaje en el ser hablante. De esta manera decimos que el semblante es discurso en tanto su objetivo es el de velar la inexistencia de la referencia del ser hablante.

Miller escande tres categorías de semblantes en la enseñanza de J. Lacan:

1) Los señuelos: de los que tenemos miles de ejemplos en el mundo de los animales, esa intersubjetividad que se da entre los animales, por ejemplo en el «pavoneo» e en la lucha para sobrevivir. Cuestiones vinculadas a la necesidad.

2) El engaño: esta es una categoría que también la encontramos en el mundo animal y a la intersubjetividad en juego; pero esta dimensión del «engaño» incluye al Otro como código, como un tercero…

3) «La convención»: implica al Otro simbólico y tiene estructura de ficción. la convención tiene, en tanto verdad, estructura de ficción, de semblante.

Esta convención se opone al real de la «no relación sexual». Es decir, frente aesto real, la inexistencia de la relación-proporción sexual, están los semblantes, con los cuales por ejemplo un hombre puede acercarse a una mujer para al menos tener un affaire…

Así, los semblantes habilitan respuestas posibles para hacer frente a este «no hay» con el que los seres parlantes tenemos que enfrentarnos…

Del lado femenino tenemos tres respuestas posibles: el falo, el ser y el objeto a.

Las nociones de mascarada y postizo de las que les hablé el artículo anterior están incluidas en esta primer repuesta en cuanto al falo: ser el falo o tenerlo.

En cuanto al ser, el semblante de ser una mujer responde a la tercer categoría del semblante: la convención, en tanto el semblante de ser refiere al «parecer».

Y por último, en relación al objeto a, tenemos que remitirnos al fantasma, a eso que resiste de ser capturado por el significante, por lo que no articula por convención.