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El sujeto subvertido

Publicado por Betina Ganim

la forclusión

La enseñanza de Lacan ha anudado, para el tratamiento del sujeto neurótico, la novedad de la estructura del descubrimiento freudiano, articulando la clínica con el concepto de inconsciente. Este anudamiento es la utilización, sin precedentes, que el psicoanálisis hace del uso de la palabra, más bien su función en el campo del lenguaje.

Esto desde un inicio es lo que permite diferenciar el psicoanálisis de la psicología, específicamente en relación al «objeto de estudio» en juego,que para el psicoanálisis, valga la paradoja, es el Sujeto: el sujeto del inconsciente.

La pregunta sería sobré qué opera la clínica psicoanalítica. Porque si hablamos de palabras, no se trata del blablabla, de las palabras a la deriva, sino que esa deriva tiene sus propias leyes. Al menos es la idea del inconsciente estructurado como un lenguaje como Lacan lo pensaba en los inicios de su enseñanza. Un inconsciente transferencial que en su última enseñanza queda sustituido por la noción de inconsciente real.

Como siempre digo, no significa que la última enseñanza de Lacan reemplace a la primera, sino que se fundamenta en ella, y hay que seguir esos pasos para entender al último Lacan… Pero no me quiero detener en esto hoy.

Así que Lacan, utilizando una referencia ajena al psicoanálisis freudiano, habla de Sujeto. Un concepto que le permite cuestionar todas las teorizaciones precedentes y que permite transformar la clínica, ya que es un concepto que tiene todas sus consecuencias en la dirección de la cura y los finales de análisis: Lacan habla de un sujeto subvertido. Un sujeto subvertido implica que no es causa de sí, y como efecto de lenguaje, un sujeto dividido.

Esto permite cuestionar las tradicionales conceptualizaciones de «individuo» (idéntico a sí mismo, foco de las representaciones, unidad sintética e integrada de pensamiento)

Tomando como referencia explícitamente la filosofía, Lacan va de Descartes a Hegel, articulando ambas referencias con el Estructuralismo. Esto le permitirá situar al sujeto en su división, tal como lo descubre la clínica y la práctica del Inconsciente.

Esto lo lleva a dar cuenta de dos tipos de división, que obedecen a lógicas diferentes, y que responden de alguna manera a la lógica de la cura, a los momentos lógicos de la cura: una es la división del sujeto por el lenguaje, en tanto atravesado por el lenguaje, sometido a la articulación significante. Y la otra, se trata de la división del sujeto por el objeto de la pulsión. Esta última podemos decir que es una división a la que Freud ya había hecho referencia en su segunda tópica, y que remite a la distinción entre el Inconsciente y el Ello pulsional.

Como dije, es importante esta división para la dirección de la cura. Podemos ubicar la división subjetiva del primer tipo en la entrada en análisis, en la presentación del síntoma en transferencia, en la medida en que se impone como algo fuera de sentido, sin que el yo del paciente pueda decir algo de eso…Eso da cuenta entonces de una falla en la representación del sujeto; un significante que representa la parte que él mismo desconoce. Es eso mismo lo que llevará al sujeto al análisis propiamente dicho; lo que lo iniciará a su búsqueda en el trabajo analítico.

FUENTE: EXTENSIÓN 5. BOLETÍN DE CÁTEDRA DE PSICOPATOLOGÍA I. UNLP. Ed. De la Campana.