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Evitar el sufrimiento

Publicado por Betina Ganim

En el artículo anterior les hable de la «felicidad» y de la lectura que Freud le da en este escrito de los llamados «sociológicos», «El malestar en la cultura».

Que si bien el hombre está condenado a un «tibio bienestar» en lugar d ela pretendida felicidad, el padecimiento nos marca, y más aún, cuando la fuente de nuestro sufrir tiene que ver con las relaciones que establecemos con los otros seres humanos.

No debe extrañarnos, dice Freud, que ante la amenazante posibilidad de sufrir, rebajemos nuestras pretensiones de felicidad (así como el principio del placer deviene principio de realidad, por incidencia del mundo externo) al punto de solo conformarnos con poder evitar el sufrimiento…

En principio, nos aclara que estamos sujetos a la imposición de una satisfacción ilimitada, y que sabemos cuáles son los efectos de tal mandato.

Además están esos mecanismos de evitación del displacer, como es por ejemplo, el aislamiento de los otros, como la manera más fácil de evitar el dolor que pudiera llegar a producir tal relación o vínculo social.

Esa «felicidad» que se obtiene en el aislamiento no tiene que ver más que con la inmovilidad.

Otra vía sería la de ir contra la Natura, sometiéndola a la manipulación humana, usando la técnica científica, pensada para el bien de todos…interesante planteo por la actualidad que conlleva.

Otros mecanismos para evitar el sufrimiento son los que intentan tener sobre nuestro propio cuerpo, por ejemplo «la intoxicación» que puede producir la modificación química en nuestro organismo.

evitar el sufrimiento

Freud dice que de momento no se sabía mucho sobre qué sustancia era posible que existiese en el cuerpo que provocara estados como por ejemplo, la manía… ese estado de embriaguez sin haber ingerido ninguna sustancia…

Lo mismo ocurre en la vida anímica «normal», en la que la evacuación del placer pivote entre «facilitar» y «coartar», a la vez que disminuye y aumenta la tendencia al displacer.

Aquí Freud ensaya sobre la capacidad que tiene los psicotrópicos de proveer al ser humano una salida al sufrimiento, evadirse del peso de la realidad externa, algo que puede tornarse peligroso y nocivo.

También existen otras fuentes influyentes en nuestro aparato psíquico, ese aparato tan complejo. La satisfacciones pulsionales conllevan felicidad porque justamente son las que el mundo exterior prohíbe.

Otra técnica que sirve a los fines de de evitar el sufrimiento es la sublimación; es decir, la desviación de las pulsiones sexuales a otros destinos. Pero, dice Freud, esto no es aplicable a todos, ya que se requiere de ciertos «dones» para poder llevar a cabo semejante empresa.

Luego Freud sitúa la capacidad de gozar de la obra de arte, como otra de las fuentes de placer y evitación del padecimiento.

Pero ya si la intención lleva a métodos de aislamiento más radicales, como el ejemplo del ermitaño, puede terminar queriéndose alejar de la realidad de tal manera que la transforma de un modo delirante. Algo así ocurre con las religiones de la Humanidad…

A pesar de haber desarrollado esta idea, Freud no cree que hay enumerado todos los métodos posibles que existen para evitar el dolor y conseguir la felicidad, ya que existen miles de clasificaciones posibles a este respecto.

FUENTE: FREUD, S. «El malestar en la cultura»