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Freud adolescente

Publicado por Betina Ganim

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Hoy quiero dedicarle un -o tal vez dos- posts a un texto freudiano con el que me encontré hace unos días, a propósito de la lectura de un libro muy interesante sobre las adolescencias (en plural) «por venir». Este libro es una compilación de textos escritos por psicoanalistas que trabajan hace años con adolescentes, tanto en consulta privada como en centros e instituciones especializados. Muy recomendable.

El tema es que leyendo uno de esos artículos, me fui a una referencia freudiana: «»Sobre la psicología del colegial». Un texto que escribe Freud allá por 1914, a pedido del Colegio donde él mismo había cursado su estudios, para hacer una publicación.

En este texto Freud comienza dando cuenta de la extrañeza del sentimiento que lo embargó al tener que escribir este texto, escribir «para el colegio». Como es de suponer, podemos decir, en lo que implica el discurso universitario, el alumno obedece y escribe. Freud sin embargo acepta esta vez gratamente esa propuesta que le hicieran, a pesar de los 50 años que pasaron desde que él comenzó a estudiar en dicha institución.

Recuerda que hace unos años atrás, cuando andaba por los 50 años, Freud se cruzó en la calle a un ex profesor de su colegio y dudaba: ¿era realmente aquel profesor que él recordaba? ¿Ese viejecito era aquel Otro en el que se depositaba el saber? En ese momento empezó Freud a recordar su juventud, de los 10 a los 18 años, el Freud adolescente... Veamos qué nos dice Freud de ese período. Porque él ya había hablado de la pubertad pero en términos de los acontecimientos relacionados con la sexualidad, ¿pero qué nos dice aquí?

Bien, como testimonio de esa época de su vida, Freud da cuenta de ciertos presentimientos y desvaríos, las transformaciones producidas en esa época, los éxitos logrados, sus primeros contactos con el mundo científico…Durante ese período Freud cree haber tenido una premonición que luego se convirtió en su deseo de aportar un saber a la humanidad (él lo dice mucho mejor, así que los remito al texto original)

Una vez recibido de médico, de psicólogo más bien, fundó el psicoanálisis, esa disciplina que aún hoy es fuerte como un roble, a pesar de los más de 100 años de rechazo, resistencia e intentos de eliminarla y desvalorizarla. Aquí estamos.

En este texto Freud considera que siendo psicoanalista tendría que preocuparse más bien por lo afectivo que por lo cognitivo/intelectual; tendría que preocuparse más por lo inconsciente que por lo consciente. Y que al encontrarse en la calle con aquel profesor, debe confesar algo: el camino que lo llevó al conocimiento científico tuvo que ver sin dudas con la relación con sus profesres. Pero dice que muchos se quedaron enredados en eso, preocupados por la personalidad de sus profesores, y el camino se les había cerrado…

Freud confiesa que en esos años estaba implantado en él y sus compañeros la cuestión de estudiar las personalidades de sus profesores, y los tomaban como modelos. Podemos decir, con Freud, que había una relación de amor ahí, más allá de que los profesores no lo advirtieran nunca. Relaciónes de amor-odio que se inscribían en el marco «universitario». Como bien el psicoanálisis pudo dar cuenta, se trata de la «ambivalencia afectiva» que tiñe las relaciones humanas.

Seguiré con este texto en el próximo post.

FUENTE: FREUD, S. «Sobre la psicología del colegial», 1914. Obras Completas.