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Lo que angustia

Publicado por Betina Ganim

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Si damos un paso con Lacan en sus elaboraciones sobre la angustia, el objeto a y el fantasma, podemos seguir la cuarta clase del Seminario 10 (La angustia), la clase «Más allá de la angustia de castración».

Lacan nos invita a dar un paso que hay que reconocer porque habrá que justificarlo. Y se pregunta qué es lo que funciona efectivamente en el neurótico en ese lugar para él desplazado, que ocupa el objeto a. Se pregunta qué realidad está detrás de ese objeto falaz, que entraña el fantasma neurótico.

Esto lo explica Lacan por el hecho de que pudo trasladar al Otro la función de ese a. Esto no es más que la demanda. Lo que el neurótico demanda es una demanda, el neurótico pide que le supliquen. Pero no quiere pagar el precio…

De esto conocemos mucho los analistas. El neurótico no quiere dar nada, por eso su problema está en el recibir…

Y es el tope mismo de la castración, ese tope que se alcanza con la angustia de castración.

El neurótico no va a dar su angustia (su nada), y vamos a saber por qué, asegura Lacan. La verificación consiste precisamente en que la cadena del análisis supone una formalización del síntoma. De entrada, el neurótico no muestra un síntoma; él nos hace una oferta, dice Lacan aquí, una oferta falaz que nosotros aceptamos. Digamos que en cierto modo entramos en el juego de su demanda, para hacerlo caer en su propia trampa. El neurótico quiere que le pidan algo; y como no le piden, empieza ahí a modular sus demandas propias, que ocuparán el lugar de ese Heim (ver posts anteriores en relación al «unheimlichkeit» freudiano). Me gusta cómo lo plantea Lacan aquí, como que esta es la primera entrada en análisis.

Lacan hace una crítica a esa manera de entender esta cuestión, acudiendo a la dialéctica frustración-agresión-regresión. La agresividad se produce contra la imagen especular.Lacan sostiene que la castración está inscrita como relación en el limite del círculo regresivo de la demanda. La castración aparece allí cuando el registro de la demanda ya ha terminado. Lacan intenta hacernos entender esta cuestión en términos topológicos (y no en términos de una construcción genética)

Y terminará su clase con una observación que nos llevará a dar un siguiente paso en este tema. Para ello recuerde al texto freudiano «Inhibición, síntoma y angustia», ene l que Freud nos dice que la angustia es la reacción/señal frente a la pérdida de un objeto, para luego enumerar ciertos tipos de pérdidas e objeto: del medio uterino, d ella madre, del pene, del amor de objeto, del amor y del superyó…

Pero Lacan ya nos había dicho que LA ANGUSTIA NO ES LA SEÑAL DE UNA FALTA, SINO DE ALGO QUE ES NECESARIO CONCEBIR: LA CARENCIA DEL APOYO QUE APORTA LA FALTA.

Entonces, decimos que esa «nostalgia» del pecho materno no es la que provoca la angustia, sino más bien su inminencia. ¡La angustia es eso que nos provoca entrever que volvemos al regazo! La angustia no tiene que ver con el ritmo, frecuencia y alternancia del juego de presencia-ausencia de la madre, porque es claro que el niño lo repite. La posibilidad de ausencia es la seguridad de la presencia, por lo que lo más angustian para el niño se da cuando esa relación de la falta, que es la que produce deseo, está perturbada cuando de la madre no hay esa ausencia, cuando tiene a la madre encima.

FUENTE: LACAN, JACQUES. EL SEMINARIO DE JACQUES LACAN. LIBRO 10, LA ANGUSTIA. CLASE IV «MÁS ALLÁ DE LA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN» ED. PAIDÓS.