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Problemas del deseo

Publicado por Betina Ganim

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Decía, en el post anterior, que uno tiene sus propios emblemas, sus propias insignias y desde ahí se «maneja» en su vida; es en esa dirección que se relaiza el deseo, cualquier deseo acorde con el emblema que se tiene. Pero no va a ser tan fácil, porque viene del otro lado una articulación del deseo por debajo de la demanda, con el enigma del deseo del otro y no con la solución del ideal.

Podemos decir que realizar todos los deseos, con plenitud, si se quiere estar en esa primera línea que nos plantea Lacan en el Seminario 5, en la clase sobre «Las fórmulas del deseo», se tienen que ir a la cultura greco-romana… Nosotros más bien estamos en la segunda línea: realizamos los deseos a partir de la insignia, a partir del ideal. No voy a realizar un deseo que vaya contra mi ideal. Así que arranco siempre de gran I.

Siempre hay algo que viene en una línea contraria y nunca uno queda bien satisfecho, ni sé si realizo realmente el deseo cumpliendo con el Ideal. Eso está apuntado allí, porque no hay que confundir la pequeña d de la cuestión del deseo del otro con su solución a nivel del significado.

Ahora bien, podemos preguntarnos si para que de alguna manera se pueda realizar el deseo de la segunda línea es necesario realizar la primera. Y responder que es una cuestión como de predominio. Es tan compleja la cuestión del deseo que por eso, mínimamente inventamos estas tres fórmulas.

Un ejemplo muy puro de la primera línea y empezando del lado yoico, podría ser: «yo no pienso absolutamente nada de lo que vos me estás diciendo.» Es la locura imaginaria. Veo ese objeto y me voy de cabeza por su captación imaginaria.

Y puedo decir que eso no se hace en esta cultura, fuiste un grosero.»A mí no me interesa nada de eso. Soy un apasionado».

Ese nivel de apasionado va a encontrar una línea en contra, porque ese deseo, por apasionado que sea, confunde el objeto imaginario con lo que en cambio el sujeto del inconsciente tiene articulado que es un objeto que está por detrás de esa imagen.

Y te podrán decir: el helado…es es una vanidad de vanidades. Se derrite rápido… En cambio, mantener una posición toda tu vida en el ideal y que nunca tus deseos rompan con eso, es de más largo plazo.

Una moral que se puede hacer tratando al máximo de resolver el deseo desde lo simbólico.

Lo que indica esta fórmula es que tratar al máximo de resolver el deseo en lo simbólico es anudar el deseo al ideal, al cumplimiento del Ideal. Y es un tema que lo tenemos clínicamente una y otra vez. Y muchos de los temas que surgen tiene que ver con la contradicción entre el ideal y cosas que me pasan en el deseo.

Entre estas dos primeras fórmulas que plantea Lacan en esta clase, se trata de fórmulas que pueden tener muchísimo de las presentaciones habituales clínicas de los problemas del deseo.

FUENTE: LACAN, J. EL SEMINARIO, LIBRO 5, LAS FORMACIONES DEL INCONSCIENTE.