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Proposiciones de decisión

Publicado por Betina Ganim

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Tenemos que suponer que a nivel del síntoma, el sujeto que decide, se correlaciona a una posición del sujeto en la estructura.. Esta posición del sujeto en la estructura puede ser doble: una posición del sujeto subjetivada (como sucede en las neurosis) o una posición del sujeto en lo real (como ocurre en las psicosis, realizándose como objeto de goce del Otro)

Quiero continuar hoy con el post anterior, al que los remito, respecto de la decisión subjetiva; respecto a qué queremos decir en psicoanálisis cuando hablamos de una decisión.

Si hablamos de decisión, entonces hablamos de la confrontación del sujeto con un problema, un problema que conlleva tomar una decisión en términos resolutos, si se quiere. Lo que implicaría que el sujeto, para que pueda decidir su posición, será necesario que decida entre diversas proposiciones.

Tales proposiciónones serían los términos con que se le presenta el dilema al sujeto, es decir, las condiciones de su decisión.

Esthela Solano Suarez se propone analizar tres proposiciones que para ella serían los términos que se desprenden de la enseñanza de Jacques Lacan, en tanto, proposiciones de decisión.

Primero la referencia es el Seminario del 21 de mayo de 1969, donde Lacan da las coordenadas de esta decisión, diciéndonos que lo que se presenta como términos e la decisión del niño son tres:

1) el Otro

2) el «objeto a»

3) el goce.

Vayamos por parte, siguiendo el texto de esta psicoanalista.

Primero tenemos que decir que el niño surge al nacer, como viviente, y como tal está llamado a ocupar un lugar en la habitación que no es otra que la que habita el lenguaje. Es como decir que cuando nacemos, el lenguaje es como el mundo que nos alberga, en el que ya tenemos un lugar adjudicado, ropajes y etiquetas predestinadas. Esta es una buena metáfora que indicaque el lenguaje está esperando al sujeto lógicamente precediéndolo,. Ese lenguaje se materializa en el discurso de los padres, de manera tal que podemos decir que cuando el niño nace, el sujeto recibe en ese momento una proposición significante, que le viene del Otro, del Otro del lenguaje encarnado en los padres. Esta es una proposición significante ya inscripta en el Otro y más o menos articulada, tal como lo indica Lacan en su texto sobre Daniel Lagache; una proposición más o menos articulada a un discurso.

Esos términos, esas proposiciones significantes que preceden al sujeto son términos que en realidad, aunque estén más o menos articuladas al discurso, no son términos que sirvan a los fines de la comunicación, ya que son términos que vehiculizan el malentendido fundamental del cual todos surgimos.

Ese malentendido estructural se vehiculiza en la cadena generacionel, y articula algo que tiene que ver con el orden del saber. Una función simbólica que introduce lo generacional, las generaciones, y en las cuales el sujeto puede ubicarse. Ahora bien, ¿cómo el sujeto podría solucionar este problema, cuando lo que se le presenta está falsificado. Por ejemplo, en la clínica con los pacientes podemos ver que a nivel generacional, el intervalo entre las generaciones esté anulado. Me refiero por ejemplo a esos casos donde la madre no puede acceder a la posición de madre porque funciona siempre como hija…o cuando el padre no puede acceder a su posición porque está en el rol de hijo…

Seguiré en el próximo post desarrollando los dos puntos siguientes.

SOLANO SUAREZ, ESTHELA. «EL PSICOANÁLISIS CON NIÑOS. LOS FUNDAMENTOS DE LA PRÁCTICA» ED. GRAMA.