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Sueños y deseo

Publicado por Betina Ganim

sueño y deseoJacques Lacan, en su «retorno a Freud» retoma «La interpretación de los sueños», texto princeps freudiano, y deja muy claro Lacan en su escrito «La dirección de la cura y los principios de su poder», que Freud para nada pretende en ese texto dar cuenta del aspecto «psicológico» del sueño, y por eso recomiendo (haciéndome eco del consejo de Lacan) ir a la fuente para verificar que no se trata para nada de eso. Es más, la doctrina de Freud NO ES PSICOLOGÍA! Si es necesario seguir diciéndolo, lo seguiremos diciendo. La doctrina freudiana se trata del psicoanálisis, que no es psicología, por más intentos que se hagan, aún hoy desde las neurociencias y disciplinas psicológicas varias, para reducir la novedosa doctrina freudiana en una psicología.

Y Freud mismo nos hace la advertencia de que lo que le interesa del sueño no es más que su elaboración. Lacan lo traduce como que lo que le interesa es la estructura del sueño, en tanto estructura de lenguaje. Claro, imposible es que Freud lo advirtiese de esa manera, si tenemos en cuenta que Ferdinand de Saussure y su teoría linguística es posterior a Freud.

Lacan dice que hasta puede pensarse que en «La Interpretación de los sueños» hay una anticipación a la teoría del lenguaje de de Saussure. Y Freud ha descubierto esta estructura en el significante mismo, en esa cadena significante que el sujeto mismo desconoce. Y el deseo corre en ese fluir significante, sujetando -dice Lacan en el apartado V de este Escrito- lo que subjetiviza el análisis.

La cuestión es preguntarse en este punto ¿para quién es ese sueño del sujeto, antes de que un analista ose interpretarlo? Porque, deja claro Lacan, el sueño es ya una interpretación, antes de cualquier desciframiento. Se trata del deseo en juego, que Lacan aquí llama «deseo de reconocimiento», deseo que solo se capta en la interpretación.

Ahora bien, yendo un poco para atrás, tenemos que el sueño, la elaboración misma del sueño está causada por el deseo…

Lacan aquí critica a cierta postura en los postfreudiano de desdeñar el sueño como vía de trabajo analítico, apostando más bien -como venimos señalando a partir de la crítica que Lacan hace en este texto- a conducir al paciente a la «normalidad», a ser «bueno», etc…pero, señoras y señores, está demostrado que el síntoma siempre vuelve, que el síntoma está allí para demostrar, bajo la forma de la repetición, que el «final feliz» y la adaptabilidad solo son espejismos que se rompen cuando el síntoma insiste…

Pero ¡ojo! El síntoma no desaparece solo por el ejercicio de rememoración, eso es un error en lo que muchos se han quedado. No. En todo caso, dice Lacan, uno recuerda porque se cura…

Bien, Lacan continúa en este escrito con la cuestión del sueño, para lo que retoma el sueño de la Bella Carnicera que tenemos en el texto freudiano de «La interpretación de los sueños», esa «espiritual histérica» como llama Freud a esta paciente.

FUENTE: Lacan, J. La dirección de la cura y los principios de su poder» (1958)