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Un «segundo retorno» a Freud

Publicado por Betina Ganim

Comentaba ayer una de las anécdotas que más se conocen respecto del momento político de noviembre de 1963, precisamente el 19 de noviembre, cuando Lacan se entera de su excomunión, como él mismo calificó aquel acto de quitarlo de las listas de analistas didactas de la IPA (Asociación Internacional de Psicoanálisis) Lacan da esta lección, única y última que hubiera correspondido al seminario «Los Nombres del Padre».

Fue el día 20 que Lacan dio esa única lección que sirvió también de cierre del seminario. Parece que Lacan había recibido la noticia la noche anterior a dar esa clase…

Miller dice que esos cinco que firmaron luego no fueron consecuentes con su acto…que no lo aprovecharon.

Es así que Lacan se marcha de esa primera clase que da en Sainte-Anne. Sabemos también (los remito a este mismo blog en donde he hecho un recorrido del movimiento político institucional en el psicoanálisis francés) que luego Althusser lo invita a seguir dando su seminario en la Escuela Normal Superior, donde Lacan comienza el seminario que conocemos como el Libro 11, «Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis» (1964)

Miller recuerda que ve a Lacan ese día que empieza a dar su seminario allí. Esa clase Lacan la empieza hablando justamente de la «excomunión», casi como si hubiese sido castigado pro aquella Institución a la que había intentado entrar ya desde antes de los años 50…

Miller dice que ese castigo tal vez tenía que ver con el haberse atrevido Lacan a cuestionar el Nombre del Padre, El Nombre del Padre…Como si los herederos de Freud en la Internacional lo hubieran castigado por tocar al «Padre». Ese padre que estaba constituido por la figura de Sigmund Freud, el Padre del Psicoanálisis.

La cuestión es que como dije en la entrada anterior, Lacan no continúa dando el Seminario que cortó ese 20 de noviembre de 1969; sino que lo sustituyó por el que conocemos hoy publicado como Seminario Libro 11. Podemos decir que Lacan operó una sustitución de los conceptos freudianos clásicos por los que él aísla como los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Una metáfora que permite cuestionar a Freud y su deseo.

Para el mismo Lacan hay una correspondencia entre ese seminario «inexistente», Los Nombres del Padre, y la coyuntura de su excomunión. Esa misma barra que había caído sobre su persona, borrándolo de la IPA, es tal vez la que corresponde a la que él mismo habría de poner a ese significante especial, el Nombre del Padre, el de Freud…

Lacan en el Seminario 11 pretende continuar con la investigación del deseo freudiano, lo no analizado por Freud; y en ese punto decimos que va más allá, y nombramos esta época de su enseñanza con el famoso latiguillo «segundo retorno a Freud». Es como que Lacan tocara allí justamente lo que de religión quedaba en el solar psicoanalítico.

Y ese trabajo de Lacan no se reduce a ser solo una rectificación de los conceptos freudianos; sino que más bien propone un retorno a su enseñanza, a las fuentes, a los fundamentos, a la autenticidad de la práctica analítica.

Transferencia, inconsciente, pulsión y repetición son nombres que le debemos a Freud. Lacan los retoma y los revive científicamente, planteándolos como matemas.

FUENTE: MILLER, J-A. «CONFERENCIAS PORTEÑAS» TOMO 2.

ED. PAIDÓS.

amor y pulsion