Psicología
Inicio Psicología de Niños Dormir al Bebé

Dormir al Bebé

Publicado por Malena

La hora de dormir puede convertirse en un calvario principalmente para los padres primerizos.

Aunque un bebé es pequeño, sin experiencia y aparentemente muy vulnerable, en la mayoría de los casos terminan siendo los que ganan las batallas en el hogar, eligiendo cuando, cómo y dónde conciliar el sueño.

Uno de los principales problemas más difíciles de resolver, es cuando un padre o madre novatos no aprenden a ejercer el liderazgo en su casa.

Ellos deben ser los líderes para sus hijos desde el primer día, y no se trata de rigor ni malos tratos sino de tener la intención de asumir el rol, porque un niño está diseñado para dormir normalmente.

La actitud, postura o disposición mental de los padres es la que orienta la conducta de sus hijos e influye en forma determinante en sus reacciones.

Actitud significa tener la intención de asumir la responsabilidad de ejercer el rol de lider que tiene que tener un padre o una madre, sin involucrarse emocionalmente en ese momento.

En primer lugar, los padres tienen que estar convencidos ellos mismos de su rol con respecto a sus hijos, y aceptar que necesitan para su formación una actitud de liderazgo por parte de ellos.

Los bebés no entienden el lenguaje hablado pero interpretan perfectamente las actitudes de sus padres a través de su modo de relación.

Los padres eficaces que pueden disfrutar de sus hijos y no se convierten en esclavos de ellos, no temen ser firmes, porque la firmeza es una verdadera cualidad que les permitirá a los niños recibir mensajes claros sobre su comportamiento y que hará posible que puedan aprender las conductas más adecuadas para lograr una armoniosa y feliz convivencia.

Un bebé no está en condiciones de elegir qué es lo que le conviene y qué es lo que es bueno para su salud y desarrollo, de modo que son los padres los líderes naturales que tienen que tomar las decisiones y poner las reglas para que sus hijos aprendan desde muy temprano la forma que tendrán que aceptar para actuar, para crecer sanos y felices.

No se trata de hablarle, gritarle, mostrarse severo o de darle a un niño efusivas demostraciones de afecto, porque todas estas manifestaciones sólo logran excitar y confundir a los pequeños, sino de mantenerse calmo y firme a la hora de instruirlos.

Esa actitud de firmeza y calma, los niños la recibirán, la entenderán y la aceptarán sin ninguna duda, porque se darán cuenta que es irreversible y que lo único que pueden hacer es rendirse a ella.

Una vez que los padres recuperan su rol, inmediatamente comenzarán a ver los resultados positivos que obtendrán, siempre que se hayan comprometido completamente con esta postura y no abandonen su liderazgo.

Para modificar los malos hábitos de dormir que se han instalado hasta ahora en los niños, los padres deberán estar dispuestos a sacrificar algunas horas de su descanso, durante una o dos noches.

Lo mejor será que se dediquen a esta tarea una noche cada uno si fuera necesario y no alternar las idas y venidas de ambos durante una misma noche para evitar condicionamientos innecesarios.

El niño deberá ser acostado en su camita a la hora que los padres juzguen conveniente, que se aconseja sea temprano.

Una vez acostado y arropado, el padre de turno se deberá retirar de la habitación apagando la luz al salir.

Si el niño protesta solamente, no se debe volver a entrar, si lloriquea tampoco, pero si comienza a gritar o a llorar desconsoladamente, se procederá entonces a entrar nuevamente, a levantarlo y consolarlo brevemente dándole unas palmaditas en su espalda, para acostarlo nuevamente de inmediato y hacer lo mismo que se hizo antes, retirándose y apagando la luz al salir.

Consolar a un niño no significa llenarlo de besos y abrazos o hacer todo un discurso, sino solamente brindarle la seguridad de que se encuentran cerca y atentos si él lo necesita.

Este procedimiento se deberá repetir las veces que sean necesarias.

Solamente de esta manera lograrán el resultado deseado; o sea acostumbrar a bebé a dormirse solo.