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El Niño y su Identidad

Publicado por Malena

Ser igual o diferente ¿qué quiere la gente?

Los Niños y su Identidad

Un equipo de investigadores británicos estudia la influencia social en la identidad de los niños midiendo su necesidad de ser diferente o de ser igual a los demás cuando interactúan en un grupo.

Los estudios con adultos revelan la tendencia de la mayoría de las personas a adoptar las ideas o formas de comportamientos de los miembros de un grupo cuando interactúan en él. Sólo algunos pueden superar la presión de un grupo y logran ser diferentes, pero esta conducta hace que sea rechazado y finalmente segregado.

Un niño que pretende ser diferente en un grupo se sentirá más vulnerable y juzgado por los demás.

Sin embargo, los niños en las encuestas revelan que quieren ser diferente a sus pares y sólo unos pocos desean ser iguales a los demás.

Entre los niños que desean parecerse a los otros hay un niño que es diabético. Aunque él se maneja bien con su enfermedad y está perfectamente controlado, tiene una buena razón para querer ser como los demás niños que están sanos.

Otra encuesta demostraba que los niños con alguna característica diferente, como la raza, o algún impedimento físico, como obesidad, enfermedad crónica, problemas visuales, no discriminaban a los demás; en tanto que los niños «normales» tendían a discriminar a los niños que eran diferentes.

Los estudios con gemelos muestran que estos niños no sufren por ser muy parecidos mientras permanecen en el hogar, pero ni bien comienzan su ciclo escolar se preocupan por mantener su individualidad y evitan vestirse diferente, tener los mismos amigos o hacer lo mismo.

Katy nació de parto prematuro y apenas pesó seiscientos gramos al nacer. Estuvo en incubadora tres meses. Tuvo varias complicaciones de índole respiratoria y digestivas que pusieron su vida en peligro varias veces, pero era una luchadora y sobrevivió; gracias a los cuidados intensivos que se le prodigaron los médicos, a su espíritu aguerrido y al amor incondicional de sus padres, que no se rindieron cuando la quisieron desconectar del respirador artificial, cuando parecía que ya no había más nada que hacer.

Sin embargo Katy es hoy una niña muy inteligente y saludable de nueve años.

Debido a que durante sus primeros años tuvo que mantenerse aislada de otros niños por cuestiones de salud, desarrolló una personalidad autosuficiente y dice sentirse muy bien sola.

Tal vez sus padres influyeron en la decisión de mantenerla aislada, aún después de superados sus problemas de salud.

Juega sola y ha sido muy estimulada intelectualmente, de manera que le gusta leer y pasa largas horas con sus juegos y con su computadora.

Su limitación al nacer la condicionó a la soledad y aparenta no necesitar la compañía de los demás. Tiene un carácter fuerte, es independiente y tiene su propia manera de pensar.

Sin embargo este comportamiento puede revelar el temor de tener que enfrentar a otros niños, acostumbrada a hacer su voluntad y sin la necesidad de compartir sus pertenencias.

Los pares enseñan a los niños las ventajas de asociarse, pero también pueden malograr su sentido de independencia y desalentar su deseo de ser diferente.

Los mejores alumnos pueden ser niños solitarios y no queridos porque son distintos y en un grupo es mejor encajar que sobresalir.

Pensar o ser diferente, es decir, ser como uno es, produce una gran pérdida de energía, porque la persona tiende a vivir a la defensiva sabiendo que sus actitudes de independencia van a ser rechazadas.

No obstante, los mejores alumnos que logran ser aceptados, son aquellos que tienen una actitud de humildad y que no tienen la necesidad de convencer a los demás sobre lo que piensan.

La Programación Neurolingüística propone que si deseamos ser parte de un grupo, sin dejar de ser nosotros mismos, hay que ponerse a la altura de los demás y tratar de entenderlos, interactuando con ellos en su mismo nivel, siendo como somos y sin intentar de convencerlos de nada.