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El Fútbol, Un Deporte Milenario

Publicado por Malena

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Se considera como un antecedente del fútbol a un juego de pelota similar que data de épocas precolombinas, practicado hace más de tres mil quinientos años por los aztecas y los mayas; y que perdura aún en esas regiones, aunque, sin el ritual del sacrificio de los perdedores como ofrenda a los dioses.

Sin embargo, a pesar de ser prohibido por los conquistadores, por ser considerado diabólico; el fútbol actual, como lo conocemos, no deja de tener un saldo sangriento, con el mismo fervor de esas épocas pero sin el mismo valor simbólico, sólo por el hecho de practicar la violencia.

En México y Guatemala, este antiguo y rudimentario deporte que se sigue practicando; es un juego en el que participan ocho jugadores, cuatro para cada equipo, ataviados a la usanza antigua, con apenas una faja de cuero duro para amortiguar los golpes y un taparrabos.

El juego se asemeja a un partido de tenis sin red y se juega con una pelota maciza y pesada que se golpea sólo con el muslo o la cadera.

Los conquistadores, a pesar de sus intenciones poco amistosas y sus métodos sanguinarios para la conquista, juzgaron a este juego como macabro y lo prohibieron, pero logró sobrevivir en algunos pueblos.

El deporte es una actividad que siempre resulta favorable para el desarrollo humano. Beneficia tanto el cuerpo como la mente, y requiere la inserción a un grupo, participando de este modo a fomentar las relaciones sociales.

Un deporte tiene reglas como en toda actividad humana, donde existe la posibilidad de una competencia, o conflicto de intereses, como ocurre en toda nación civilizada, donde se deberían penalizar las agresiones, o el no cumplimiento de las reglas.

De algún modo los deportes expresan simbólicamente la conducta de la sociedad actual; avanzar, defender el territorio y realizar las jugadas solo o en equipo para lograr el objetivo de vencer la valla contraria.

Un deporte en equipo no sólo beneficia al grupo sino a cada uno de sus integrantes, logrando no sólo darle el prestigio a su equipo sino también por la actuación personal de cada jugador.

La repercusión del fútbol en la gente tiene que tener una explicación más profunda que la evidente, porque la pelota es un símbolo, el símbolo del poder que debería pasar de un equipo a otro como consecuencia de la habilidad y la destreza. Sin embargo, muchas son las tentativas en el fútbol de sacarle la pelota a otro en forma violenta aún causándole una lesión física a un jugador, con toda alevosía, tal como pasa en las situaciones de la vida cotidiana.

La muchedumbre que está a favor de la jugada, suele aplaudir, como en un circo romano, el haber recuperado la pelota, aunque haya quedado algún integrante del equipo contrario desmayado en el suelo.

Es un poco la cristalización de los deseos de los espectadores, aniquilar al adversario para lograr así amortiguar las frustraciones en su vida personal.

No es raro que un jugador sacrifique también ahora su vida en una cancha, como ocurría hace miles de años, víctima de un puntapié en la cabeza, mientras estaba en el suelo, como ocurrió alguna vez en Argentina en un partido de béisbol.

No hay mucha diferencia entre el hombre primitivo de aquella época y el de ahora. Diría que es peor ahora, cuando lo que está en juego es ganar o perder dinero.

El deporte precolombino continúa practicándose aún hoy en Centroamérica y se llama “ulama”. Los participantes se protegen con gruesas fajas de cuero las partes del cuerpo con las que golpean la pelota, ya sea el antebrazo o la cadera.

La modalidad más antigua es el uso de una pelota que pesa cuatro kilos, pero la versión moderna utiliza una pelota de hule macizo de sólo medio kilo. Los jugadores deben pasar la pelota al bando contrario y si éste no la devuelve en la forma correcta, tiene un puntaje en contra y su contrario a favor.

El puntaje no es acumulativo sino que se suman y restan puntos, según ganen o pierdan. El reto es llegar a ocho, llegando a durar el partido hasta dos horas.