Psicología

El Racismo

Publicado por Malena

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Antes de criticar el racismo, cada uno debería hacer un examen de conciencia para saber si es verdad que nosotros mismos no albergamos la misma semilla.

Una guerra no tendría lugar sin el apoyo del pueblo, de modo que con el pretexto de proteger la patria o defender un modo de pensar, se pueden iniciar conflictos con la anuencia de la mayoría que seguramente cree que no es racista.

El racismo trasciende la diferencia racial y se convierte en un modo de discriminación que incluye cualquier factor que hace que un humano sea diferente.

El concepto mismo de nacionalidad es racista, porque los extranjeros reciben un trato diferente a los nativos, y casi siempre son rechazados.

Este rechazo los obliga a agruparse en comunidades cerradas tanto para ayudarse como para defenderse.

En Estados Unidos, principalmente después de la segunda guerra mundial, hubo una inmigración masiva de europeos. En ese país se formaron grandes comunidades de distintas etnias, debido al hecho de que en ese país particularmente la integración racial siempre fue difícil.

Todos los países del mundo desde siempre se han nutrido de inmigrantes; gente que huye de las guerras, de la hambruna, de las catástrofes naturales, tratando de buscar un lugar para poder seguir viviendo.

En el siglo IX, el sur de España sufrió la invasión de los moros, que se expandieron por gran parte de la península buscando condiciones más fáciles de supervivencia.

Los árabes tenían una cultura milenaria y esa invasión impulsó el desarrollo, el arte y la arquitectura en una parte de España poco poblada y de escaso crecimiento, dejando un legado cultural que aún existe y que forma parte de las características de los habitantes de la península ibérica.

El racismo como expresión de rechazo a otras razas es un fenómeno que siempre existió pero en la vida moderna está en auge y abarca otras condiciones, como la pobreza, la religión, el color de la piel, de los ojos o del pelo.

En Buenos Aires, un accidente que mata a toda una familia, pone de manifiesto la poca disposición que existe institucionalmente para ayudar a la gente de condición humilde y más aún si son extranjeros; no obstante haberse producido en circunstancias agravantes, cuando intentaban encontrar inútilmente asistencia médica para uno de ellos.

Ser pobres, morochos y extranjeros son tres razones suficientes para que nadie se preocupe demasiado en dar un lugar a una persona, aunque sea en un pasillo del hospital, para brindarle ayuda.

Los animales marcan su territorio, pero las hembras no tienen reparos en alimentar crías ajenas aunque sean de otras especies.

La racionalidad humana no es suficiente para reconocer que nadie está libre de tener que emigrar y convertirse en extranjero en otra tierra.

Los que levantan muros para evitar el ingreso a su país de gente que no desean, no tienen la certeza de que nunca se verán obligados a huir de una catástrofe.

¡Qué ironía del destino sería que en esa eventualidad, esas mismas barreras se convirtieran en los obstáculos que les impidan salvar sus vidas!

Todos sabemos que es una actitud inteligente llevarse bien con el vecino, por muchas razones, pero principalmente para poder vivir tranquilo.

Un vecino nos puede salvar la vida por el solo hecho de que puede llegar más rápido que un familiar o un amigo.

Sin embargo, con los países vecinos guardamos resentimientos que son recíprocos. Como con la relación entre hermanos, se producen fricciones y entredichos por estar tan cerca, debido a celos, envidias, odios y también amores, predominando la hostilidad por no aceptar las diferencias.

Un ejemplo fue lo que ocurrió hace bien poco en Uruguay, después del partido de la Selección de fútbol entre Argentina y el país hermano, donde hubo serias agresiones de la gente local hacia sus huéspedes, demostrando que una competencia deportiva puede reavivar el espíritu de rechazo al extraño.

También puede un padre rechazar a su hijo por ser diferente a él o por pensar distinto.

¿Acaso no hay amigos entrañables que se han dejado de ver por tener diferencias; o matrimonios mal avenidos porque ninguno de los dos se aceptan como son?

Sólo los seres humanos son capaces sin razón suficiente, de aniquilarse mutuamente.