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Nos hacemos mayores.

Publicado por María Gómez

Empezamos los estudios a los tres años. Por delante nos esperan unos 22 años de ardua formación en caminada al desarrollo profesional. Con suerte, trabajaremos otros 35 ó 40 años más. ¿Y después? ¿Todo acabó? ¿Qué voy a hacer ahora? Es frecuente llegar a la madurez, conseguir la jubilación y caer en depresión. No podemos permitir que todo nuestro esfuerzo a lo largo de la vida haya sido en vano, o al menos, que así sea considerado por los demás y por nosotros mismos.

¿Qué ideas asocias con ”jubilación” o “vejez”? Tal vez te sugieran el principio del fin de la vida, o la instauración de la incapacidad. Suelen ser conceptos juzgados como decadentes, caducos, añosos, o “carrozas”, como diría algún joven. Es nuestro cometido hoy cambiar esos prejuicios negativos por opiniones asociadas a la veteranía, la madurez, la sabiduría, la templanza o la maestría.

Los jubilados adquieren una identidad propia, son otro grupo social más. Normalmente, son asociados a corrillos en la barra de un bar, a partidas de dominó, o a observadores de las obras que se llevan a cabo en el barrio. Os invitamos a no quedaros en la superficie, ahondemos en esta cuestión.

El perfil del jubilado y de las personas en edad madura ha evolucionado, afortunadamente. Gracias a que gozamos de mejor salud, una vez alcanzado el retiro, tenemos la suerte de disfrutar de unos 18 años de promedio de vida. Si son vividos con autonomía y sin grandes problemas económicos y de salud, resultan perfectos para aprovechar las oportunidades y disfrutar de la libertad tan anhelada, puesto que ya no cargamos con el peso de las responsabilidades familiares y/o laborales. Es la fase de la vida idónea para llevar a cabo aquellos proyectos que siempre hemos deseado emprender.

barca-473854_1280Con el fin de prevenir sensaciones negativas como la ansiedad o la depresión cuando terminamos nuestra vida laboral productiva, hemos resumido unas cuantas indicaciones que podrás poner en marcha desde ya, tengas la edad que tengas.

  • Procura ahorrar. No fundas todo el metal que caiga en tus manos. Contrata un plan de pensiones o ahorra todos los meses unos cuantos euros. Con la jubilación merman los ingresos económicos. Bien es cierto que los gastos también, ya que habrás terminado de pagar la hipoteca de tu casa, tus hijos ya serán independientes y tus necesidades primarias estarán cubiertas. No obstante, siempre es recomendable disponer de un extra si tienes intereses como viajar, pasar temporadas fuera de casa o practicar golf.
  • Cuídate. Protege tu salud mental y física desde la juventud. Sentirse en forma al llegar a la madurez asegura una percepción positiva de las propias capacidades para desempeñar acciones dirigidas a satisfacer preferencias e intereses.
  • Relaciones sociales. Una amplia red social con la que planificar y compartir el ocio garantiza un sentimiento optimista de cara a afrontar la vejez. El cariño y el apoyo familiar son muy importantes, pero no lo es menos la amistad y la empatía que se crea entre personas en la misma situación vital.
  • Concreta aficiones. Reflexiona sobre ese momento. Define tus objetivos y pasatiempos para esa etapa, de modo que, cuando llegue, no te pille con el saco de deseos vacío. Estar ocupado, en lo que a uno más le motive, no deja espacio a la tristeza y al desasosiego.

La clave del éxito es fomentar la flexibilidad y la adaptabilidad como actitudes de provecho, que nos escolten para asegurarnos una gestión acertada del tiempo libre del que dispondremos. El propósito supremo es otorgarle calidad a ese tiempo libre.

La sociedad suele olvidar que ellos también fueron niños y jóvenes y que, gracias a sus experiencias vitales son portadores de conocimientos muy valiosos que pueden ser aplicados en la educación, en el ámbito laboral y hasta en asuntos de Estado. Cuidemos a nuestros mayores como querremos que nos cuiden a nosotros cuando lleguemos a la vejez. Porque, afróntalo, nadie se escapará de llegar, considerando como el mejor de los casos, haber llegado. Tu presencia en el mundo de los vivos significará que todavía no has pasado al siguiente nivel.