Deportistas de alto rendimiento y su psicología
A diario, los vemos en las noticias o en la retransmisión de importantes eventos deportivos como mundiales u olimpiadas. Son deportistas de alto rendimiento (DAR). Personas como tú y como yo que se han dedicado al deporte desde la infancia con una dedicación casi exclusiva lo que les ha convertido en profesionales de este campo. Son vanagloriados en sus victorias, convirtiéndose en ídolos para muchos. Sin embargo, también son juzgados y criticados por sus fracasos, lo cual puede poner en peligro el equilibrio emocional tan necesario para mantener un cierto nivel competitivo.
No es difícil entender que la preparación psicológica de un DAR debe ser imprescindible, cuidada, dando cobertura a los diferentes ámbitos de la vida para asegurar que los efectos beneficiosos impregnen al individuo de manera integral. Cuentan con la ventaja de tratarse de personas que conocen y practican la voluntad, la disciplina, el trabajo, el sacrificio o el esfuerzo, acostumbradas a marcarse metas importantes y luchar por alcanzarlas. Los entrenamientos que realizan son duros, largos y silenciosos. Por tanto, es necesario encuadrar todos estos factores en el contexto bajo el que se realiza el trabajo de índole psicológica.
El objetivo principal de la preparación psicológica del DAR es conseguir un alto nivel de desempeño incluyendo en las rutinas el entrenamiento mental en habilidades psicológicas como la motivación, el control del estrés y la ansiedad, la concentración o la atención; y la adquisición de nuevas habilidades y estrategias como el manejo de las descalificaciones, gestionar los fracasos, afrontar una lesión o aumentar la autoconfianza.
Mantener y dominar el equilibrio mente-cuerpo es primordial para conseguir logros. A pesar de que siempre se hace más hincapié en el plano físico ya que es un factor determinante, el plano psicológico se cuida cada vez porque está comprobado que puede un desequilibrio psicológico en un momento dado, puede ser muy limitante y paralizante, por lo que es necesario prestarle especial atención.
Debido a la importancia del papel del psicólogo deportivo en esta parcela, es más que recomendable que se cuente con uno en el grupo técnico de cualquier deportista desde el inicio de la carrera profesional y no esperar a que se produzca el desajuste para incluirlo.
Se infiere que la comunicación con todos los compañeros y , especialmente, con el deportista tiene que ser fluida y producirse en un ambiente de máxima confianza, sinceridad y honestidad. Otro factor a destacar sería el establecimiento de un plan de actuación a nivel psicológico. Será necesario proyectar cuales serán las cuestiones a tratar y qué intervenciones se van a llevar a cabo atendiendo siempre a las características del individuo, del deporte, del contexto personal, social y laboral y a cualquier otro detalle que deba ser incluido en dicho plan.
No obstante, habrá que estar preparado para gestionar y manejar situaciones inesperadas de cualquier naturaleza que requerirán un reajuste del plan, modificando tanto prioridades como intervenciones. Por tanto, el profesional tendrá que contar con cierta flexibilidad para adaptarse lo antes posible a la nueva situación, lo cual redundará en una recuperación más rápida y eficaz del deportista.