Ámbitos de la Psicología del Deporte
Todos coincidimos en afirmar que el deporte reporta beneficios que van más allá del plano físico. A nivel psicológico se originan unas ganancias que podrían competir con el mejor de los medicamentos antidepresivos. En realidad, ambos niveles se lucran por igual, existiendo una interrelación indisoluble. Cuando practicamos actividad física o deporte de manera habitual nuestro cuerpo se fortalece, las funciones regulativas trabajan adecuadamente, nuestro ánimo se llena de optimismo y nos invade una sensación de superación.
No es menos cierto que, en ocasiones, los aspectos que rodean al deporte nos pueden jugar una mala pasada. Nos referimos a la gestión de la frustración, el afrontamiento de una lesión, lidiar con las dificultades en los deportes de equipo, o cómo asumir las derrotas, entre otros. Será necesario prestar atención a estas circunstancias e intervenir sobre ellas.
Por otro lado, se ha detectado la necesidad de orientar al deportista, por ejemplo, en la gestión de las emociones, en el ejercicio del liderazgo, en mejorar sus habilidades comunicativas, todo ello enfocado a conseguir el máximo rendimiento. Se trata de manejar todas las variables psicológicas que influirían en cualquier dominio relativo a la actividad física o el deporte: procesos, técnicas, programas, etc.
No es posible restringir el papel del psicólogo deportivo a deportistas de alto rendimiento. Es necesario un soporte, gracias al cual se evitarían muchas situaciones desafortunadas, en el deporte de base e iniciación y en el deporte de ocio, salud y tiempo libre. Con respecto al primero, es un hecho que se trata de un área de desarrollo psicosocial básico que debe encaminarse hacia un plano más lúdico que competitivo. Es el momento del aprendizaje, de la socialización, y, sobre todo, de disfrutar para crear una base lo bastante sólida como para aumentar la adherencia a los hábitos deportivos a lo largo del tiempo, convirtiéndose en un filosofía de vida.
En relación al segundo tipo, se ha comprobado la función primordial del deporte como actividad terapeútica en personas de la tercera edad o con minusvalía, como elemento de cohesión en el entorno empresarial, o como estrategia de lucha contra el sedentarismo.
Además, el destinatario de este apoyo psicológico no se limitaría al deportista implicado individualmente o de manera colectiva. Profesionales como árbitros, entrenadores, fisioterapeutas, preparadores físicos o, incluso directivos del sector son susceptibles de ponerse en manos de un buen especialista. Las familias también se incluyen en el ámbito de actuación ya que ejercen una importante influencia en el deportista a nivel psicológico y de logística.
Por todo ésto, en la actualidad, se está abriendo un abanico de posibilidades laborales para los psicólogos del deporte. Sus cometidos son variados: evaluar y diagnosticar, planificar, asesorar, intervenir, formar, hasta investigar. La demanda de estos profesionales ha aumentado considerablemente y la importancia de sus intervenciones obligan a una formación continua y a que el perfil de este profesional sea adapte a las exigencias del entorno en el que va a desarrollar sus competencias. Por tanto, si tienes una Licenciatura en Psicología, te gusta y practicas deporte, y te motiva ejercer una participación diversa, no lo dudes, especialízate.