Cómo conservar la luna de miel
Todos sabemos que el comienzo de una relación es todo color de rosa hasta el punto de que podemos escucharnos decir frases como «Siento que nunca me podría pelear contigo» o «jamas discutiremos» o «nunca me separaré de ti».
La cruda realidad de los hechos en un alto porcentaje de los casos es que si que llegan las peleas, las discusiones y las separaciones. Y en el caso de que no hayan separaciones ocurre que esa chispa del amor o enamoramiento se va pasando hasta quedar convertido en monotonía, aburrimiento y lo que llamamos comúnmente estar por estar.
Te preguntarás donde quedan los sueños, las ilusiones y las promesas que en un principio como pareja de enamorados se hicieron y como es posible que lo que parecía ser una relación idílica y perfecta acabara como una verdadera pesadilla.
Tengamos en cuenta que el amor es fundamental entre un hombre y una mujer para formar una pareja pero no es el único ingrediente. Por eso, si falta alguno de los ingredientes que te vamos a dar a continuación ese amor puede acabar apagándose y seguro que sabes de lo que te estoy hablando. Te vamos a enseñar a conservar la luna de miel toda la vida.
Intenta no ser el culpable de que vuestra relación se termine ni tampoco ser tan poco comprensivo como para no tolerar los defectos de tu pareja.
Cada pareja antes de tomar la decisión de llevar una vida juntos debería de prometerse algunas cosas como por ejemplo:
-La comunicación debe de ser fluida en los dos sentidos, por eso es importante saber escucharse el uno al otro. Es necesario aprender a escuchar para que puedas ser escuchado. Esto se puede trasladar a todas las relaciones pero en las relaciones de pareja es aún más importante si cabe. Ser tolerante y abierto de mente es fundamental para que el amor se sostenga en bases sólidas.
Para que una pareja funcione deben de ser conscientes de que tienen mucho por aprender juntos el uno del otro, tanto de lo bueno como de lo malo. Por eso es importante que cuando se comentan errores se puedan hablar tranquilamente y llegar a conclusiones que permita a cada miembro de la pareja el poder aprender.
Dejemos de lado el querer cambiar a nuestra pareja. Las expectativas con respecto a nuestra pareja deben de ser realistas y no podemos cargar en sus hombros unas expectativas irreales que al final se van a cargar la relación.
Poder compartir es necesario. Llegar después de un día de trabajo y no sentarse a hablar, a comer, a jugar con los niños, etc es casi un sacrilegio y es una actitud que lleva al fracaso a cualquier relación tarde o temprano.
Recordarse lo que se quieren, ensalzar sus cualidades el uno al otro, darse muestras de cariño en público y en privado son chispas que avivan el fuego del amor de la misma manera que dar por sentado que tu pareja sabe que la quieres y no demostrárselo es como vasos de agua que lanzas sobre ese mismo fuego.