Divorcios Cruentos
Algunas celebridades se pueden dar el lujo de atravesar por divorcios cruentos, creyendo que en esta vida se puede hacer borrón y cuenta nueva y dejar atrás un tendal de víctimas sin pagar cara esta afrenta, para correr detrás de alguna damita más joven que su ex mujer.
Cuando las hormonas comienzan a decaer, un hombre que necesite psicológicamente responder de la misma forma que antes, requiere compensar esa falta, con un mayor estímulo; por eso no es raro que cuando llega a la madurez, en lugar de darle paso a la sabiduría y abrirse a la oportunidad de un conocimiento más profundo de sí mismo, se abra a una nueva experiencia amorosa con una chica de veinte, destruya su hogar y corra el riesgo de perder también a sus hijos.
Dejar a la mujer no significa divorciarse de los hijos, sin embargo, lo que debería ser un saludable acuerdo mutuo, los hijos se transforman en elementos de negociación en una interminable lucha.
Estas separaciones les sirven a las celebridades como publicidad, porque todo el mundo habla de ellas, principalmente por el dinero que el marido TIENE QUE PAGAR a su ex mujer por el divorcio, ya que lo ganado durante el tiempo que duró el matrimonio es un bien ganancial que por supuesto no le pertenece del todo.
En realidad, tanto el marido como la mujer no TIENE QUE PAGARLE a su cónyuge nada, porque solamente tiene que DARLE LO QUE LES PERTENECE, o sea la mitad de lo que ha ganado mientras el matrimonio duró. Salvo que hayan firmado ambos un contrato pre nupcial antes de casarse, tema difícil de tratar con la pareja que se ama.
Sin embargo, se sigue hablando de estos divorcios, como de situaciones en que la mujer o el marido se convierte en el malo de la película, porque le está quitando al otro lo que cree le pertenece.
Parece que todavía no se entiende bien qué es un bien ganancial y tanto mujeres u hombres, cuando rompen un vínculo de muchos años, o de pocos, no importa cuántos, tienen problemas para aceptar que tendrán que dividir todo lo que ganaron en esos años por la mitad, menos a los hijos.
Aunque la ley es clara como el agua, las argucias legales para quedarse con la mejor parte son muchas, y según el abogado que se contrate el resultado puede ser bien distinto.
Un abogado especializado en divorcios adoctrina a su defendido para comportarse de una manera que lo beneficie y que a la vez perjudique al otro, de esta forma ambos se trenzarán en una lucha que generalmente es desigual para quien no generó ingresos.
Los hijos mientras tanto, que lo observan todo, también desplegarán su conocimiento en divorcios, porque casi todos sus compañeros de colegio suelen ser hijos de padres divorciados, aprovechándose de la situación y exigiéndole a cada uno beneficios.
Las mujeres suelen luchar por la tenencia de los hijos y como la mayoría de las veces no pueden perdonar a sus ex maridos, tampoco quieren encontrarse con ellos ni aceptar la tenencia compartida, llegando a veces la situación a extremos tan peligrosos que hasta tiene que intervenir la policía.
De estas separaciones cruentas y difíciles, tal vez la distribución del dinero quede arreglado, en detrimento de la relación, que seguirá siendo caótica con mucho desgaste emocional y psicológico.
Hay situaciones insostenibles, en que el divorcio puede ser la decisión más saludable y coherente, pero generalmente los divorcios no tienen un fundamento sólido, se trata más bien, en muchos casos de cosas sin fundamento, generalmente no estar dispuestos a madurar ni aceptar la realidad de que los años no pasan en vano y que hay que adaptarse a eso.
La mayoría no puede, se resiste, necesita el cambio con la misma premura que tiene un niño que no puede postergar lo que anhela.
Sin embargo, muchos, después de algunos años, se arrepienten, cuando se dan cuenta que no valía la pena, que por no poder valorar en su momento lo que tenían; por ser incapaces de crecer y madurar y pretender volver atrás en el tiempo, decidieron arriesgarse y perdieron.