La Violencia Infantil
La falta de tolerancia y de paciencia genera violencia
Todos quieren saber la receta para tener hijos sanos, buenos y felices. Muchos lo han logrado y gracias a ellos la humanidad sigue sobreviviendo pero otros no, y lamentablemente la lista de los que no lo logran aumenta día a día.
La crónica diaria nos alerta sobre una cruda realidad, algunos niños en edad escolar van armados a la escuela, con cuchillos y hasta con armas de fuego
Pero eso no es todo, aunque no lleven armas son capaces de pegarles a sus maestras y a sus compañeros.
Conocer las posibles causas de la crueldad infantil es fundamental para evitar estos tristes episodios que atentan contra la integridad de vidas inocentes, pero también es de suma importancia encontrar la forma de disminuir este flagelo.
Las causas de la violencia infantil son múltiples, aunque sólo algunas de ellas son las más condicionantes y pueden determinar comportamientos antisociales.
Existe una receta sencilla para asegurarse una descendencia sana y feliz; y es la que dice, que los niños deben tener un padre y una madre que los amen, que cumplan su rol como padres, proporcionándoles seguridad, sostén y educación, para que cuando sean adultos puedan ser personas útiles y equilibrados y que a su vez puedan amar y trabajar.
Mi vasta experiencia clínica me ha convencido que una de las causas más devastadoras para el normal comportamiento y desarrollo de un niño es la disolución familiar. Cuando los padres se separan crean inmediatamente una discapacidad en los hijos que se convierten en mutilados psicológicos, que es un condicionamiento muy difícil de modificar.
Esos niños deberán vivir todas sus vidas con esa carencia, que suele causar más estragos que cualquier discapacidad física.
Aunque los padres sean personas responsables que se esfuercen para mantener una buena relación entre sí, sin utilizar a sus hijos como intermediarios ni disputándoselos como objetos, igualmente se puede considerar un daño psicológico irreparable.
Esto se debe a que vivimos en una sociedad basada en la familia nuclear con esas características. Si se tratara de otra sociedad con otra forma diferente de organización familiar la descendencia tendría otras demandas y la ruptura de esa estructura tendría también negativas consecuencias.
Los seres humanos necesitan parecerse para poder diferenciarse. Ser diferentes desde niños les impide contar con una sólida base para su desarrollo normal.
Las disoluciones familiares cada día son más frecuentes, la poca tolerancia a la frustración y la impaciencia se proyecta muchas veces en la pareja que llega a tomar decisiones a veces apresuradas sin tener en cuenta la infelicidad de los hijos, que a la corta o a la larga tampoco les va a permitir ser felices.
Si se mantiene un vínculo fluido y amistoso con la ex pareja sin convertirse en un obstáculo para la relación con los hijos, puede ayudar a contener emocionalmente a los niños y evitar que sientan que durante ese proceso han perdido al padre o a su madre.
Sin embargo, es bueno preguntarse ante una decisión de esa índole si vale la pena, ya que la causa del sufrimiento precisamente son los errores.
El abuso es otra de las causas más destructivas para un niño que estará destinado a llevar esa pesada carga hasta el fin de sus días.
La mayor cantidad de abusos que se cometen son dentro de la misma familia, principalmente perpetrados por hombres con sus hijastros, varones o mujeres, o sea con los hijos de sus parejas, a veces durante años sin que la madre generalmente se entere.
La terapia familiar es una forma de encarar situaciones de riesgo y ante los hechos consumados los hijos deberán tener la protección y la contención psicológica adecuada.
La violencia familiar genera hijos violentos que aprenden a solucionar los problemas a golpes, proyectando esa agresividad en sus compañeros de escuela.
Si así lo hacen sus padres, asimilan que esa conducta es la correcta, lo que se debe hacer ante los desacuerdos o diferencias de opiniones.
Los valores que se incorporan en el hogar son los que se integran a la personalidad para siempre.