Psicología

Saber envejecer

Publicado por María Gómez

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Señoras y señores, el mundo se hace viejo. Estamos viviendo en plena revolución de la longevidad: los países tienen más población de personas mayores de sesenta y cinco años que menores de quince. Este gran número de personas que vive entre nosotros cada vez tiene más edad, por lo tanto es responsabilidad de los gobiernos y de la sociedad prestar una atención integral a este rango poblacional. Pero antes, abracemos una concepción optimista del envejecimiento librándonos de estereotipos o prejuicios sobre las personas de edad avanzada.

El fenómeno del envejecimiento a nivel psicológico es peliagudo ya que depende de las particularidades personales derivadas de la trayectoria vital de cada individuo. Las diferencias individuales son importantes también en relación a las demandas externas de tipo social, familiar, incluso tecnológicas. La intervención psicológica tiene en cuenta todos estos factores relacionado con la variabilidad para implementar un procedimiento de asistencia personalizado

Se considera fundamental que la persona sienta una notable percepción de control que asegure el desempeño de conductas que desemboquen en una mayor sensación de bienestar general y satisfacción con la vida. Es, pues, interesante que se fomente la presencia de esta percepción también en el ambiente que rodea a la persona donde experimenten situaciones en las que sus esfuerzos resulten útiles para sí mismos y para otras personas.

Paralelamente, es aconsejable que la persona mayor encuentre sentido a su vida ya sea centrándose en las relaciones interpersonales (amistades, familia, personas de trato diario), participando activamente en la transmisión de conocimiento y actuando de guía colaborando en el desarrollo de las nuevas generaciones; o bien, sería magnífico, que conjugara ambas parcelas.

Incluso en casos de dependencia funcional, donde la influencia del ambiente es primordial para paliar la sensación de vulnerabilidad, la persona mayor puede desplegar todas sus virtudes en beneficio de todos los que le rodean. Ahora bien,

hands-545394_1280En relación al papel que debe jugar la sociedad en su conjunto para garantizar el cuidado y la protección de nuestros mayores, es necesario ser conscientes de los cambios que se producen de manera sigilosa y silenciosa, casi sin darnos cuenta, para aplicar las medidas oportunas. Para ello, ofrecemos unas sencillas pautas:

No te enfades ni te molestes cuando tarden un poco en responder a estímulos externos o internos. La capacidad en velocidad de respuesta y de procesamiento de la información disminuye.

No te irrites si no discriminan la información relevante de una conversación. La atención se dificulta con la edad.

Practica la paciencia cuando la persona mayor necesite un tiempo para evocar palabras o nombres de cosas y personas. No le transmitas urgencia o se aturullará.

Si tiene problemas de salud o ha sufrido estados afectivos negativos, su capacidad cognitiva también se habrá mermado, así que tendremos que ser comprensivos y benevolentes.

En general, el rendimiento global se ve afectado aunque es posible frenar sus efectos animando a las personas mayores a llevar una vida activa física y mental realizando ejercicio suave, alimentándose de manera equilibrada, eliminando el consumo de sustancias nocivas y moderando el consumo de alcohol, disfrutando de la lectura diaria, ejercitando la memoria con sencillos juegos, viajando en la medida de lo posible, y saboreando los placeres de la vida, que bien merecido lo tienen.