Psicología y Vacaciones
Durante las vacaciones, es ineludible mantenerse flexible.
La rutina del año puede llegar a afectar nuestro trabajo y nuestras relaciones, y el exceso de obligaciones pueden producirnos stress, por eso es saludable tomarse unos días de vacaciones con el objetivo de interrumpir los compromisos cotidianos y tener la oportunidad de dejar pasar los días en contacto con la naturaleza y sin consultar la agenda.
Para aprovechar al máximo el tiempo libre hay que hacer cosas diferentes de las que habitualmente hacemos durante el año.
Como nos liberamos del reloj, podemos acostarnos y también levantarnos más tarde, arriesgarnos a probar comida distinta con moderación, hacer nuevos amigos, conocer lugares, vestir ropa informal, aprender a estar ocioso y disfrutarlo y principalmente adoptar una actitud dispuesta a aceptar las oportunidades que brinda lo inesperado.
Lo que ayuda a disminuir el stress durante las vacaciones es la práctica de la flexibilidad en todo. Estamos todo el año sujetos a horarios estrictos, compromisos ineludibles, obligaciones forzosas, marcados de cerca por un celular que se empeña en sonar en los momentos que estamos más ocupados.
No todos abandonan su celular en las vacaciones. Al contrario, parecería que ya forma parte de su esquema corporal y no pueden concebir la idea de apartarse de él bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, es un momento de cambios que exige también la experiencia de este desprendimiento.
Prestar atención a la familia, que durante el año se ve privada de nuestra presencia durante casi todo el día y que casi no reconocemos cuando tenemos oportunidad de estar con ellos, puede ayudarnos a mejorar nuestra relación con ellos.
Ese reencuentro y esa presencia cotidiana durante las vacaciones, puede no ser lo que esperábamos. Algunos han permanecido tan alejados e indiferentes durante todo el año que de pronto se pueden sentir asfixiados con el trato permanente.
Los niños pueden ser muy demandantes y estar muy ansiosos por recuperar la compañía de sus padres, si éstos trabajan todo el día. Es una necesidad lógica y atendible teniendo en cuenta que esta etapa no se podrá recuperar jamás si decidimos no cumplir con esas expectativas.
Durante las vacaciones muchos buscan entretenerse y esta es una forma de distraerse y relajar la mente con cosas diferentes; pero no se dan cuenta de la importancia de la posibilidad de recobrar el contacto con la naturaleza, que durante el año se llega a perder, cuando se vive rodeado de cemento.
Leer un buen libro, ese que dejamos por la mitad o que ni siquiera empezamos, o uno nuevo que nos interese, puede ser una experiencia refrescante.
Lo importante es no volver a crear una rutina de obligaciones, condicionados por la necesidad de sentirnos ocupados.