El Síndrome de Wendy
Wendy, es uno de los personajes del cuento Peter Pan, que el escritor James M. Barrie escribió a principios del siglo XX, que acompañaba al protagonista y que acostumbraba a hacerse cargo de todos los niños perdidos del País de Nunca Jamás.
El síndrome de Wendy es el trastorno que sufren algunas mujeres, debido a su necesidad de atender y satisfacer en todo, en forma exagerada, a su pareja y también a sus hijos, por no poder decir que no.
Aunque es común que estas personas protesten y se quejen por tener que ocuparse de las tareas que les corresponden a otros, lo siguen haciendo con la convicción de que es su obligación.
El personaje de Wendy, es un arquetipo que pertenece al inconsciente colectivo, que puede ser útil en una terapia cuando lo vemos reflejado en la realidad, encarnado en mujeres que para conservar a su pareja están dispuestas a ser como Wendy, aunque sea un papel que le genere mucha frustración.
Los Peter Pan que existen, que no son capaces de madurar y de asumir responsabilidades, procuran encontrar una mujer así, para sentirse apoyados, seguros y tranquilos de saber que todo lo que no hagan ellos lo harán sus mujeres.
La maternidad condicionaba a la mujer, hasta no hace mucho tiempo, a ejercer un rol protector, cuidar el hogar, al marido y a los hijos y dedicar su vida a ellos postergándose ella misma.
Pero el rol de la mujer en la sociedad ha cambiado, sin embargo, todavía hay muchas Wendy y muchos Peter Pan formando parejas.
La mujer como Wendy tiene baja autoestima, es contenedora y proveedora, cree que no se merece satisfacciones personales y prioriza las necesidades de su pareja respondiendo a un patrón interno de comportamiento heredado.
Esta conducta femenina también se traslada a los hijos, aunque ya estén en condiciones de bastarse a sí mismos.
El hada Campanita en cambio, en este mismo cuento, tiene un rol totalmente opuesto al de Wendy.
Las mujeres como Campanita son independientes, tienen proyectos propios, alta autoestima y no necesitan desempeñar un rol servil para seducir y ser importantes para los demás; pueden decir que no y priorizar sus necesidades y preferencias, atreverse a ser felices para poder hacer felices a los demás sin necesidad de estar siempre disponible.
Las mujeres como Wendy terminan siendo resentidas y amargadas, pueden sufrir de insomnio, dolor de cabeza, y problemas gastrointestinales, vivir quejándose de la vida sin darse cuenta que ellas pueden tener mucho que ver con lo que les sucede.
Puede ocurrir que alguna de estas mujeres algún día se atreva a decir basta; pero como Peter Pan es alguien acostumbrado a sentirse apuntalado y protegido por su mujer, puede producir una crisis.
Wendy y Campanita son arquetipos opuestos que pueden funcionar juntos haciendo que en la relación de pareja y de familia haya equilibrio.
La mujer como Wendy cree que elevará su autoestima de afuera hacia adentro, gracias al reconocimiento por su actitud de servicio, pero el cambio verdadero viene siempre de adentro; y si no cambia, es un modelo que se va a volver a repetir en los hijos.
Las mujeres como Wendy necesitan poner límites, porque si no lo hacen, nunca podrán saber si las aman de verdad o si solamente las necesitan.
Eres una mujer Wendy si te sientes imprescindible, si asumes responsabilidades de otros, si no puedes decir que no, si estás siempre disponible, si prefieres callar antes de dar tu opinión, si tienes miedo al abandono, si no puedes aguantar que se enojen contigo, si no haces nada para cambiar lo que no te gusta.
Eres una mujer Campanita si eres capaz de asumir desafíos propios, si tienes el carácter suficiente como para hacerte respetar, si confías en ti misma, si te sientes segura, si dejas que los demás tomen sus propias decisiones, si eres capaz de ayudar sin alienarte en el otro, si puedes poner límites, si haces lo que te gusta, si dices lo que piensas, si te sientes bien contigo misma y si te valoras.
Fuente: LNR., “Toda Wendy tiene su Peter Pan”; Florencia Vidal