Aprendiendo a desarrollar la atención plena
La atención plena nos ayuda a observar todos los detalles y que no se nos escape nada de la escena que estamos viviendo en ese momento.
Podemos decir que desarrollando la atención plena aprendemos en realidad a vivir el momento presente. Si pensamos un poco enseguida nos daremos cuenta de que nuestra forma de vivir es muy poco inteligente pues nunca estamos pendientes del momento mas bien estamos en el pasado o en el fururo pero rara ocasión se está viviendo el momento.
Hay muchos indicios de que esto es así, por ejemplo, cuando nos despistamos, no sabemos donde hemos dejado algo como las llaves, un paraguas, etc. Cuando no recordanos detalles de las escenas vividas como la ropa que llevábamos, la decoración de un lugar, etc. Cuando una persona desarrolla la atención plena es entonces capaz de darse cuenta de todos esos detalles y muchos más. En definitiva aprende a vivir el momento y a saborear todos los pequeños detalles.
Hay otras evidencias que nos muestran que no es fácil la atención plena como por ejemplo las prácticas de concentración. Intento por unos minutos mantener la concentración en algo externo como una vela por ejemplo, enseguida te darás cuenta que no somos dueños de nuestra mente y que anda volando por muchos lugares excepto por ese que hemos decidido en ese momento.
Si buscamos culpables de esta situación tenemos que decir que la sociedad en la que vivimos hoy en día está llena de estímulos para que vivamos muy deprisa y alejados de la realidad del momento presente.
Tenemos que aprender a salir de ese ritmo de vida y poder así acostumbrarnos a esta nueva forma de vivir a través de la atención plena.
Te vamos a dar algunas prácticas para que puedas desarrollar esta capacidad de la atención plena que es tan interesante para que podamos realmente disfrutar de la vida en cada momento.
Dedica unos minutos al día a concentrarte en tu respiración. Date cuenta de este proceso natural que está ocurriendo a cada instante sin nuestro control al igual que muchas otras cosas dentro y fuera nuestra.
Aprende a respirar más despacio, te darás cuenta que la respiración que tenemos normalmente es muy corta, rápida, acelerada como la vida que llevamos. Empezamos por cambiar nuestros hábitos de respiración.
Aprende a pasar momentos contigo mismo y de relax, da un paseo por ejemplo cada día, solo por dar el paseo y disfruta de cada paso, del paisaje, de todo.
Al comer aprende a saborear cada bocado que des. No comas con prisa, disfrútala como hace tiempo que no lo hacías.
Observa a los niños y a tus mascotas y aprende de ello, mira como observan todo alrededor y no se pierden ni un detalle tanto para disfrutar como para aprender o como para estar alertas.
Aprender a observar todo a tu alrededor, las gentes, las calles, los edificios, etc, te darás cuenta enseguida que a pesar de haber pasado cientos de veces por el mismo sitio te vas a encontrar con muchas cosas que no habías notado antes.