Simplifica tu vida aprendiendo a vivir el presente
Mucho nos hablan las filosofías orientales sobre los beneficios de lo que podemos llamar como vivir el momento, vivir el presente y no podemos hacer más que aplaudir estas afirmaciones pues es así.
Pensemos en la complejidad de nuestra vida, la gran cantidad de problemas, frentes abiertos, cosas por hacer, cosas de que arrepentirse, etc, etc, etc. Pensemos ahora en como viven esa vida los niños pequeños, nuestras mascotas. Es el mismo día pero lo viven de forma feliz y plena.
Esto no quiere decir que nos tengamos que olvidar de nuestras ocupaciones y responsabilidades sino que debemos de aprender a vivir el momento presente, el día a día, tal y como ellos lo hacen.
No es ni mas ni menos que aprender a simplificar nuestras vidas para que no nos perdamos en esa complejidad que nos puede desbordar y ser la causa de las típicas enfermedades de nuestro siglo, depresión, estrés, ansiedad, etc.
Nuestra forma de vivir es ridícula si lo pensamos bien ya que andamos preocupados por el futuro, apesadumbrados por el pasado y ajetreados en nuestro presente sin darnos cuenta de lo que hacemos, de lo que nos rodea, de cada detalle de la vida que no estamos viviendo.
Por esta razón es urgente para aquellos que buscan la felicidad aprender a vivir el momento, simplifica tu vida al día de hoy y a sus deberes, obligaciones y también descansos y diversiones.
De esta forma empezarás a darte cuenta de las personas que te rodean y de todo lo que hay alrededor de ti y en lo que no te habías fijado antes.
Conectar con el presente es imprescindible para la búsqueda de nosotros mismos, para la búsqueda de la felicidad.
Pero como podemos empezar a realizar esta disciplina e implantarla en nuestra vida de forma efectiva.
Haz un plan para cada día, incluyendo todo lo que debes de hacer tanto a nivel de obligaciones, deberes, como buscando los momentos de descanso, deporte, relax, amigos, etc. Te sorprenderá la cantidad de tiempo que encontrarás cada día para hacer cosas que antes decías no tener tiempo para hacer.
Si aprendes a vivir cada día como si este fuera el último, con toda al intensidad en que no se te escape cada detalle del mismo, todo va a ir cambiando sin duda poco a poco.
Además de todo esto hay algunas prácticas como la meditación, el yoga, a veces el simple deporte que te ayudan a desconectar de todo lo que te rodea y a que tu mente se encuentre más relajada y con menos pensamientos.
Si nos paramos a reflexionar, el verdadero enemigo que nos impide poder estar en armonía con nosotros mismos y con el momento presente es nuestra mente. Hagamos la simple prueba de querer mantener la concentración en algo y nos daremos cuenta enseguida que no somos dueños de nuestros procesos psicológicos de ninguna de las maneras y que hasta que no podamos tomar las riendas de nuestra propia mente será muy difícil poder vivir el momento, vivir el presente.