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Disimetrías

Publicado por Betina Ganim

disimetriasVeníamos viendo la categoría de semblante en relación al Falo y las consecuencias de trabajar el falo como semblante. Esto tiene que ver con una clínica diferencial hombre-mujer. El uso del semblante en la mujer y una aproximación al no-todo. Y por último, un Lacan contra «Todo», que hace al título del seminario inédito que Eduardo Suarez dio en CITA (Centro de Investigación y Trabajo Analítico) en La Plata, en el 2003.

La pregunta es, para continuar, ¿ en qué consiste la crisis de la etapa fálica?

Decimos que el Falo es el semblante del Goce sexual, que surge allí donde no hay nada; es de carácter sorpresivo, pero que genera algo en el campo de la enunciación: ¿qué quiere decir? Por lo tanto, implica para un sujeto la dimensión de la pregunta.

La ciencia la tomamos como una pregunta que es efecto de la acción del semblante. Esto que Lacan en otro momento lo atribuía al significante. El significante abre un campo de asociaciones: por ejemplo, el arco iris para tal comunidad significacaba una cosa. para otra, significaba otra cosa…hasta que vino la ciencia.

Eso nosotros lo llamamos -desde esta lectura que hacemos- semblantes. La dimensión imaginaria también está incluida en la categoría de semblante (además de lo simbólico), anudados de modo tal que produce este efecto de suscitar el campo de la enunciación: una pregunta.

Vimos entonces hasta acá las primeras consecuencias que Lacan saca de plantear al Falo como semblante del goce sexual. Para Lacan mismo estas ideas son novedosas y plenas de consecuencias.

Habíamos planteado también la idea de la disimetría en relación a la subjetivación del sexo y las consecuencias a nivel de la elección de objeto.

Tenemos en la última parte del escrito “La significación del falo” una fundamentación de Lacan sobre lo que Freud desarrolla sobre este tema.

Pero podemos superponerle otra lectura. Reinterpretar esa clínica con el postulado del falo como semblante del goce sexual. No plantearla como evolución o progreso, sino abordar otra lectura, diferente del falo como Significante.

Si el falo era semblante, era semblante de un significante. Otra cosa es decir el semblante del goce sexual.

A nivel de la demanda, en el hombre encontramos una satisfacción en ser amado. Lo activo del amor vendría del lado de ella, donde habría una convergencia en el amor del lado del amante (en tanto activa), pero coincide, converge, encuentra en el cuerpo de quien ama, el significante del goce sexual. En este sentido hay convergencia.

En cambio en el hombre hay divergencia: si él satisface su demanda de amor, se queda sin deseo. Para el hombre, allí donde ama, no desea; y allí donde desea, no ama.

Freud dice que la infidelidad masculina es por degradación del amor. Y la infidelidad femenina, es por el lado del amor, porque como ella sí encuentra en ese que ama el significante de su potencia; va a ir a buscar en otro la impotencia, lo que no tiene.

Clínicamente, en los pacientes que consultan, se ve una oposición en la mujer y el hombre: el hombre soporta el no amor, poro no tolera la impotencia. La mujer tolera bien la frigidez, pero no tolera no amar.

Lo importante es que cada uno se ubique como objeto del amor del otro.

Es por eso que la mujer está más del lado de la posición amante (la que ama), en tanto no lo tiene (en tanto amar es dar lo que no se tiene). La mujer como amante no sólo ofrece la mascarada, sino todo lo que tiene valor fálico. El amante se despoja del falo. Cuantos más atributos fálicos son dados al otro, más se está en posición de amante.