El drama
Retomando posts anteriores, vimos que a partir del Seminario 18 de Lacan, tenemos una noción del falo como semblante: hace “parada”, hace “facha” del Goce sexual. Es una imagen que se pretende sexual.
Lacan dice que la Identificación sexual no consiste en creerse Hombre o Mujer, sino en tomar en cuenta que hay una chica para el chico, y un chico para la chica.
Todo el problema abordado en el escrito “La significación del falo” es la cuestión de la asunción del sexo. ¿Qué te hace perteneciente a un sexo o a otro sexo? Una Identificación: me identifico a ser el falo. Ser el falo es dar soporte a la mascarada: disfrazarse de falo, de pene en erección.
Si se está del lado de tener el falo, no necesita serlo, aunque esto implique ambigüedad: una mascarada para demostrar que lo tiene y que podría llegar ya al ridículo.
El tema es que para la chica, el falo es el chico, y para el chico el falo es la chica, y eso es lo que los castra.
Todo esto lo podemos construir porque estamos en el campo de la «no relación sexual»; por eso no hay significación sexual. Si se quiere, aparece la significación sexual como semblante.
Si un niño se angustia ante un trueno, no es por el ruido, sino por eso que implica: un estado primordial de pregunta, que implica un orden, y algo le va a hacer a él, se dirige a él.
Surge entonces la cuestión del Falo como semblante del Goce sexual que aparece como separado, porque no había significantes antes; no había antecedentes de eso. Esto aparece como algo separado de su cuerpo, aparece en el campo del Otro. Ese semblante del Goce que aparece en al campo de Otro, como una otredad, es al mismo tiempo, lo que castra.
La CASTRACIÓN implica separación del goce del cuerpo. Hay que buscar el goce del otro lado -no lo tienes inscripto en tu propio cuerpo. El hecho de ver mi goce aparentado en el Otro es lo que castra.
Con esta teorización, la instancia paterna es equivalente al falo. Lo real del goce sexual -en tanto se separa como tal- es el Falo, es decir, el Nombre del Padre, dice Lacan.
Lo que él había llamado el Nombre del Padre como significante castrador, pasó a ser el falo como semblante, que también es castrador; en este punto son equivalentes.
No hay ningún riesgo, no hay drama en encarnar, de representar por un momento eso, el semblante del goce sexual. El drama es cuano se encarna en el Otro.
El drama (aquello que lo castra) lo tiene aquel en que ve surgir como separado de su cuerpo el semblante del goce sexual.
El drama de la fase fálica entonces es el semblante del goce sexual, porque siempre esa aparición va a articular la angustia de la no inscripción del goce.
Lacan dice que el partenaire reaviva la herida de la castración (en relación al tabú de la virginidad)
La Castración hay que tomarla como inherente al funcionamiento como semblante de lo sexual.
La identidad sexual implica entonces que una chica es chica cuando ve en el chico el semblante del goce sexual. Lo mismo para el chico en relación a la chica.
En cuanto a la clínica de la histeria hay una redefinición de la Identificación viril: ve el semblante del goce sexual en la Otra.
FUENTE: SUÁREZ, NESTOR E. «Lacan contra Todo» (inédito)