El Lenguaje
El lenguaje hablado es el conjunto de reglas que por medio de las palabras se emplea para expresar las ideas. Fue establecido por convención, es decir, que la palabra es un código común que tienen los pueblos para favorecer la comunicación.
Los idiomas son los distintos códigos que utilizan las personas según el lugar en que habitan.
El lenguaje no se mantiene igual a lo largo del tiempo sino que sufre modificaciones para adaptarse a las distintas épocas.
En la actualidad, en que los cambios son cada día más rápidos, podemos notar que el lenguaje está sufriendo una deformación que va más allá de la adaptación normal a una nueva época.
Siempre existieron modos de expresión específicos para distintas ramas científicas así como para cada actividad que reúne muchos individuos que desarrollan el mismo trabajo. Es el léxico profesional que distingue a los legos en la materia que les sirve para entenderse entre ellos, como los médicos, los abogados etc.
Los adolescentes tienen también un vocabulario diferente cuyo rasgo característico es la abreviatura. Tanto en el lenguaje como en la escritura han dado lugar a un modo de comunicación que además de no respetar las reglas de ortografía convencionales se ha reducido a puras abreviaturas. De esta manera se ahonda aún más la brecha generacional entre jóvenes y adultos.
De modo que el lenguaje, como conjunto de procedimientos que permiten al hombre ponerse en contacto con sus semejantes, ha dejado de ser un vehículo confiable para expresarse, en un mundo donde las posibilidades tecnológicas de comunicación se multiplican día a día.
El lenguaje convencional es privativo del hombre y fruto de un aprendizaje; es un sistema de signos por medio de los cuales el hombre elabora, expresa y comunica sus pensamientos.
Por definición, el lenguaje es el elemento clave para la vida intelectual del hombre y el desarrollo de la ciencia y la cultura, por cuanto su manejo adecuado es imprescindible para poder participar en ellas.
La función de hablar es de una complejidad tal, que sólo una palabra puede cambiar todo el significado de un discurso, por esa razón la rigurosidad de su uso se hace imperiosa para evitar errores de interpretación.
Como el lenguaje es un sistema simbólico, es decir, que las palabras son representaciones de ideas, es importante que la expresión reproduzca fielmente aquello a que se refiere y que al mismo tiempo sea entendible, de manera que no se produzcan interferencias que entorpezcan las relaciones.
La forma de utilizar el lenguaje en el ámbito familiar, conduce frecuentemente a fomentar severas patologías psicológicas, por contener un significado ambiguo con doble significado que se contradice entre sí.