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El lenguaje aparato de goce

Publicado por Betina Ganim

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Siguiendo el curso que Jacques-Alain Miller diera en 2008-2009, y que luego fuera publicado como «Sutilezas analíticas», estamos con el tema del pase y del final de análisis, según la lectura que Miller hace de unas páginas del ultimo escrito de Lacan, publicado en «Otros Escritos» («Prólogo a la edición inglesa del Seminario 11»)

Decíamos en el post anterior que el pase fue concebido por Lacan como ese relato del análisis que se hace desde cierto distanciamiento del goce localizado del objeto a; la ruptura del fantasma.

El que testimonia es un sujeto fracturado en tanto se ha distanciado del goce y puede -si puede decirse así- ser capaz de una «verdad fuera del goce».

Al contrario, si percibimos tal articulación como la misma del Sinthome, lo que se juega de goce en un análisis aparece bajo otro tipo de luz, sostiene Miller. Uno va a análisis porque de su modo de gozar extrae una satisfacción que lo obliga a ello. Es decir, desde la perspectiva del sinthome no se trata de saber sobre lo que se extrajo del goce, del fantasma, sino de decir la satisfacción que se extrae de un modo de gozar determinado.

Es por eso que también ese escrito lacaniano que antes les cité, podemos decir que está desarrollado bajo la temática de la urgencia, en esos casos en los que la insatisfacción está a pleno.

Es en este sentido que el pase responde a esa urgencia, teniendo lugar solo cuando tal urgencia cede; cuando de un modo de gozar, invariable, «inatravesable», se logra extraer una satisfacción que pone paños fríos a la urgencia, a la preocupación que lleva a uno a analizarse.

En el Seminario 20, «Aún», tenemos el compromiso de Lacan de poner de manifiesto que la realidad se aborda con aparatos de goce. Y que el único aparato de goce es el lenguaje.¿Qué nos quiere decir con tal manifestación? Que el lenguaje no está solo hecho para dar sentidos y hacer emerger la verdad en lo real, sino que el lenguaje es «Por el goce». Lacan es muy alusivo en su última enseñanza a los efectos a este «Por el goce», y fue una revisión radical de su enseñanza primera, la cual marcó durante decenios a muchos analistas como «lacanianos». Lacan ponía entonces en escena un inconsciente -dice Miller- sin real, un inconsciente puramente simbólico: pura correlación de la interpretación (en tanto exitosa).

Miller mismo había sostenido años antes de este curso, que era lógico ir de lo conocido a lo desconocido, y que lo desconocido era el inconsciente, mientras que lo conocido era la interpretación. Si la interpretación era exitosa, entonces verificaba que el inconsciente estaba hecho de lo mismo que la interpretación. Entonces, el inconsciente tenía estructura de lenguaje. Y empujó de tal manera las cosas Miller, que llegó a anunciar el «inconsciente intérprete», dejando el real. fuera.

Si dejamos fuera lo real, hablamos del paciente como un sujeto del inconsciente.

Ahora bien, si decimos que la finalidad del aparato significante es el goce, hablaremos del «parlêtre».

FUENTE: MILLER, JACQUES-ALAIN. «Sutilezas analíticas» Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Ed. Paidós.