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El goce en el análisis que dura

Publicado por Betina Ganim

En el texto de Lacan que fue publicado en Otros Escritos, «Prefacio a la edición inglesa del Seminario XI», y al que hice referencia el post pasado, Lacan escribe entre paréntesis (psic=, es decir, ficción de). ¿Qué quiere decir Lacan con esto, cómo lo leemos?»

Jacques-Alain Miller, en su curso «Sutilezas analíticas» propone una primera lectura: que para Lacan, lo psíquico es una ficción, y lo lógico es real.

Sin embargo, teniendo en cuenta lo que indica sobre el inconsciente real- la segunda lectura que le da, es que un psicoanálisis tiene estructura de ficción.

Si decimos que lo real es el goce, el inconsciente es una defesa contra él. Esto lo sostiene Mille ten este mismo curso.

La cuestión será cómo desconocer que el psicoanálisis tiene esa estructura de ficción, cuando Lacan desde el principio señaló y destacó que el analista en su acto era amo del verdad. Y cuando él mismo sostuvo en su texto «Función y campo de la palabra y del lenguaje» que por la puntuación que hacía el analista en las sesiones, y sobre todo, por los cortes que indicaban el final de una sesión, en tanto decisión del analista, él hacía variar la verdad.

Podemos decir entonces que respecto de esta apreciación de que el psicoanálisis tiene estructura de ficción, lo que supone el acto analítico no es más que un no retroceder frente a la estructura de ficción que tiene el psicoanálisis.

De esta manera, el goce es la última «ratio», sotierre Miller aquí. Y verificamos que la pregunta que aparece en todo análisis que empieza (que podemos sintetizar gráficamente como «¿qué quiere decir eso?), esa pregunta se borra cuando el análisis dura.

Ahora bien, en el análisis que dura, ¿esa pregunta es reemplazada por alguna otra? Podemos decir, siguiendo a Miller, que si el analista no solo se posiciona en esperar a que eso pase, esa pregunta sería: «qué satisface eso? ¿cómo, de qué manera, de qué modo se satisface?»

Entonces, decimos que el análisis que dura está atravesado por la modificación del estatuto conceptual del goce.

Porque sabemos que existe ese estatuto del goce que tiene que ver con el exceso. Y es ahí que distinguimos placer y goce. Porque el placer tiene que ver con una homeostasis, con un círculo cerrado que se rompe con la irrupción del objeto a, que sobrepasa los límites del placer, del bienestar, y que pone en un mismo plano el goce y el sufrimiento. Esto Lacan lo destaca en el Seminario 11 y lo despeja en el Seminario 16 cuando habla del plus-de-gozar.

Pero tenemos un segundo estatuto del goce que hay que señalar, y que tiene lugar en el Seminario 20 de Lacan. Ese goce que está presente en todo lo que conocemos como la última enseñanza de Lacan, y que es el goce-satisfacción. El goce satisfacción no tiene nada que ver con el goce-placer, sino que es el reestablecimiento, siguiendo las palabras de Miller, de una «homeostasis superior», que incluye el funcionamiento al exceso, y que es lo que Lacan llamó «sinthome».

FUENTE: MILLER, J-A. «SUTILEZAS ANALÍTICAS» ED. PAIDÓS