La música te atrapa
No se ve, no se huele, no se toca, pero es uno de los mayores placeres y tesoros a disposición del ser humano. Su capacidad para crear sensaciones intensas, para relajar, para activar, para estimular, para equilibrar, o para acompañar, por nombrar algunas, son indiscutibles. Pocas cosas en la vida te provocan un escalofrío que recorre el espacio que hay entre tu coxis y tu cabeza y te ponen la piel de gallina desde el primer acorde.
Algunas canciones o melodías están indisolublemente asociadas a episodios importante de nuestras vidas y escucharlas nos evocan las mismas emociones y sensaciones que experimentamos en aquel momento, tanto negativas como positivas.
Si escuchar música se considera un acto pasivo que cuenta con innumerables beneficios tanto psicológicos como fisiológicos, las bondades de producir música son extraordinarias. Cuando escuchamos música nuestro estado de ánimo se ve automáticamente alterado porque nos sentimos alegres, optimistas, fuertes, capaces. El dolor se ve desplazado de nuestra atención sintiéndolo como menos intenso y la ansiedad se repliega al no poder luchar contra este gigante. y nos ayuda a concentrarnos al realizar alguna tarea. De sobra son conocidos los efectos que producen Mozart o Vivaldi en los fetos dentro del útero materno.
Pero es que al hacer música, el cerebro se expande, crece. Los músicos en cualquiera de sus estilos o instrumentos son personas especiales, con una sensibilidad particular, Aún podemos ir más allá, hacer música en grupo aumenta el sentido de pertenencia al mismo, te adhiere a algo; es una fuente interminable de placer, y tiene un impacto directo sobre el autoconcepto al comprobar el resultado exitoso tras un arduo trabajo de aprendizaje. Es el ejemplo mayúsculo del poder y la potencia del trabajo en equipo.
A nivel colectivo, sólo tienes que recordar el último concierto al que asististe. Cuando todos los espectadores cantan al unísono una canción formando un único bloque se desencadena un ambiente repleto de sentimiento de unión. Una conexión brutal tiene lugar sin más.
A pesar de todas las ventajas que ofrece este recurso, además de su facilidad de acceso y de la nula inversión económica requerida para enriquecer el espíritu de las personas, es patente el insuficiente esfuerzo por parte de todos los sectores sociales para propagar esta filosofía. Los colegios, los hospitales, las residencias de personas mayores, las cárceles, o los hospicios son ejemplos de lugares en los que la música alcanza un valor incalculable a nivel terapéutico, como estimulador cognitivo o como ocupación destinada a mantener la atención focalizada.
No prives a tus hijos de tal fortuna porque les estarás privando de experiencias inolvidables e irrepetibles. Además conforme van creciendo, el camino de la música les guiará hacia la aparición de unas inquietudes determinadas que se alejarán exponencialmente de conductas negativas como el consumo de drogas o alcohol. Si todavía no has caído rendido a los pies de su alteza la Música, estás a tiempo. Siempre se está a tiempo de escoger aquellas melodías que más te transmitan y elaborar tu propia lista de grandes éxitos que te acompañarán a lo largo de la vida.