Psicología Positiva – Parte II
Si tienes una mente positiva prolongarás tu vida
Las moléculas están en constante vibración y están compuestas por átomos, los que, como aquellas, también están en constante movimiento y vibración. Los átomos se componen de corpúsculos, llamados electrones, iones, etc. que también giran unos en torno de otros con distintos grados de vibración.
La ciencia dice que la luz, el calor, el magnetismo y la electricidad no son más que formas de movimiento vibratorio y la doctrina hermética va más allá de la ciencia moderna y afirma que toda manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad, deseo o cualquier otro estado mental, va acompañada por vibraciones, parte de las cuales se emanan al exterior y tienden a afectar las mentes de los demás por inducción.
Cada pensamiento, emoción o estado mental tiene su correspondiente intensidad y modalidad vibratoria, y mediante un esfuerzo de la voluntad esos estados mentales pueden ser reproducidos, así como una nota musical puede ser reproducida haciendo vibrar las cuerdas de un instrumento con la velocidad requerida.
En este sentido también la filosofía oriental aportó en occidente sus métodos de relajación y meditación para ayudar a experimentar la sensación de trascendencia, liberarse del sentimiento de aislamiento y sentirse vinculado al todo, como un método eficaz para liberarse de la angustia, la depresión y el miedo a la muerte.
Las religiones occidentales también proporcionan un sentimiento de pertenencia liberando al hombre de la confusión y la soledad. El verdadero creyente no tiene conflicto porque tiene fe y se apoya en su creencia que es la que sustenta su paz interior.
Pero la ciencia no puede basarse en conceptos filosóficos para proponer una teoría psicológica, por lo tanto Seligman parte del concepto de “resiliencia” tomado del campo de la física.
La resiliencia es la capacidad que tienen los materiales de regresar a su estado inicial aunque hayan sido completamente alterados. Trasladado a la Psicología significa la capacidad que tienen las personas de superar situaciones límites y después de esa experiencia, eventualmente, salir fortalecidos.
Se sabe que el modo de ver las cosas define de alguna manera las reacciones de las personas frente a las experiencias, por lo tanto este movimiento propone aprender a ser optimistas, y convertir ese aprendizaje en un hábito duradero, si es necesario, por medio de una psicoterapia.
Básicamente evitar llorar sobre la leche derramada y en su lugar aplicar un recurso más maduro para solucionarlo, centrándose en volver a la normalidad después del caos y seguir adelante con un nuevo proyecto.
Así como el cuerpo tiene el potencial para equilibrar sus sistemas logrando la homeostasis, también la psique tiene la misma capacidad.
Ver lo positivo de cada situación implica lograr una mirada más amplia, observar desde una nueva perspectiva que permita descubrir una nueva configuración y la elaboración de nuevas estrategias.
El hombre básicamente desea ser feliz y los acontecimientos se pueden evaluar desde distintos puntos de vista. Si no perdemos el objetivo de lograr esa felicidad, podremos erradicar la negatividad de nuestras existencias y la manera destructiva de ver la realidad adoptando el hábito enriquecedor de mantener pensamientos más razonables y realistas mediante el dominio de nosotros mismos.