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Cómo Evitar el Insomnio

Publicado por Malena

Si mantenemos el ritmo del sueño, del dormir somos dueños.

Cómo Evitar el Insomnio

Dormir es una necesidad fisiológica involuntaria y natural, sin embargo mucha gente no consigue conciliar el sueño si no es por medio de pastillas relajantes o hipnóticas.

Aunque el proceso del descanso nocturno es aún un misterio, se reconoce que el sueño es un proceso de reparación ya que tanto el cuerpo como la mente se restauran con el buen dormir.

Las mujeres sufren más de insomnio que los hombres en una alta proporción y también ingieren más pastillas para dormir.

Cuando una persona duerme, la química del cuerpo cambia. Esto se ha comprobado, porque si se le inyecta líquido de la columna vertebral de un animal que está dormido a otro que está despierto, éste se dormiría enseguida.

De la misma forma nos despertamos cuando nuestro cerebro segrega las sustancias químicas necesarias.

Si este proceso biológico se cumple normalmente en la forma rítmica natural se logra un sueño reparador.

Las causas más comunes del insomnio son el nerviosismo, la ansiedad y la preocupación. Otros factores que pueden influir incluyen el consumo de cafeína o alcohol antes de acostarse, un entorno de sueño incómodo, o un horario de sueño irregular.

Es común que el insomnio esté asociado a enfermedades como la depresión o la psicosis maníaco depresiva o trastorno bipolar.

Una de las características de la depresión es despertarse a la madrugada y no poder volver a conciliar el sueño.

Todos los medicamentos para combatir el insomnio producen tolerancia a la droga de manera que después de un corto tiempo de consumirlos pierden su efecto.

Estas drogas no permiten dormir normalmente porque privan a la persona de la faz del sueño MOR, (movimientos oculares rápidos) que en el proceso del dormir es la etapa en que soñamos, tan necesaria como la otra llamada no-MOR.

Cuando no podemos dormir puede ser porque nuestros pensamientos negativos no lo permiten. La preocupación por las cosas que ya ocurrieron o que creemos que pueden ocurrir nos produce ansiedad y nos priva del descanso que necesitamos.

La gente que es feliz y no le hace daño a nadie es raro que sufra insomnio, porque la culpa, la desdicha y la ansiedad son emociones que no dejan dormir.

Cambiar los patrones de pensamiento negativos por otros positivos y esperanzados es la primera y mejor manera que tenemos para recuperar el sueño.

La segunda y eficaz forma de combatir el insomnio exige sintonizar el cuerpo con los ritmos de la naturaleza.

Nuestro cuerpo se guía por ritmos naturales; muchos de los signos vitales del cuerpo se rigen por los ritmos circadianos, que es el modo en que los ciclos biológicos se repiten cada veinticuatro horas, entre ellos el ciclo de sueño/despertar.

Las irregularidades con respecto al reloj biológico interno representan la causa más importante del insomnio.

La pérdida de la sincronización entre un individuo y su medio ambiente natural es un fenómeno de la vida moderna.

Antiguamente la gente se regía por la luz del sol. Cuando oscurecía se iba a dormir, porque estaba tal vez más cansada, con menos preocupaciones y además no había luz eléctrica, de manera que la elección más acertada era irse a la cama.

Restablecer la armonía entre nuestras rutinas cotidianas y los ritmos naturales de la vida es el factor clave para recuperar el sueño normal.

La hora del ocaso predispone a la relajación y al sueño porque la misma naturaleza se apacigua y todo se vuelve tranquilo y favorable para el descanso.

Si nos resistimos a esta influencia ayudaremos a establecer en nuestro cuerpo un patrón de sueño completamente diferente al natural.

A la diez de la noche el cuerpo está en óptimas condiciones para dormir de acuerdo al ritmo del sueño. Luego de esa hora comienzan a actuar otras sustancias químicas que desvelan al sujeto ya que si la persona permanece levantada, el cuerpo interpreta que hay obstáculos que no permiten el descanso y como su objetivo es mantener el equilibrio del sistema segrega la sustancia adecuada para estar despierto.

Si la persona decide no acostarse a esa hora, su sueño posterior será más superficial e inclusive será más difícil de conciliar.

Esforzarse para dormir es una conducta inapropiada porque solamente nos dormimos cuando no pensamos en ello.

Hacer una siesta de media hora es una costumbre muy saludable y tiene una función muy reparadora, no hay que olvidarse que el que duerme una siesta amanece dos veces.

Además de estos consejos, es importante tener en cuenta que la actividad física regular puede ayudar a combatir el insomnio. El ejercicio físico ayuda a reducir la ansiedad y la depresión, mejora el estado de ánimo y puede hacer que sea más fácil conciliar el sueño y mantenerse dormido. Sin embargo, es importante evitar el ejercicio intenso cerca de la hora de acostarse, ya que puede hacer que sea más difícil conciliar el sueño.

También es útil establecer una rutina de sueño regular, acostándose y levantándose a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto puede ayudar a regular el reloj interno del cuerpo y facilitar el sueño.

Además, es importante crear un entorno de sueño tranquilo y relajante. Esto puede incluir mantener la habitación oscura y tranquila, mantener una temperatura cómoda en la habitación y evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse.

Finalmente, si el insomnio persiste a pesar de estos cambios de estilo de vida, puede ser útil hablar con un profesional de la salud. Pueden ser capaces de identificar cualquier problema subyacente que pueda estar causando el insomnio y sugerir tratamientos adecuados.