Watson y el Conductismo
A principios del siglo XX surge en la Psicología norteamericana un movimiento en oposición hacia la tradición alemana; orientado hacia la conducta objetiva y la utilidad práctica.
El principal representante de este nuevo sistema fue John B. Watson (1878-1958), interesado únicamente en la conducta y no en la experiencia consciente.
La conciencia no se puede estudiar científicamente porque no es objetiva pero sí puede haber una ciencia objetiva de la conducta.
La conducta para Watson es el resultado de reflejos condicionados, o sea, de respuestas aprendidas en forma de condicionamiento clásico.
Watson negaba cualquier otra característica humana innata, salvo el cuerpo y ciertas conexiones estímulo respuesta llamadas reflejos; considerando las diferencias individuales, el resultado de las conductas aprendidas y defendiendo el concepto de la importancia del medio ambiente con respecto a la herencia.
Mediante el proceso de condicionamiento se pueden crear una multiplicidad de nuevas conexiones estímulo-respuesta; porque si un estímulo, aparece junto al estímulo que produce la respuesta refleja, luego de varias repeticiones el nuevo estímulo producirá por sí solo la respuesta.
Este proceso de condicionamiento, descripto por primera vez por Pavlov, hace posible que cada respuesta refleja pueda ser producida por una gran variedad de nuevos estímulos.
Se puede aprender a responder a situaciones nuevas, porque la conducta nueva compleja se adquiere mediante la combinación serial de reflejos simples; y dicha secuencia es posible porque cada respuesta produce sensaciones musculares que se transforman en estímulos para la respuesta siguiente.
El ser humano depende exclusivamente de lo que aprende y como lo que se aprende también se puede desaprender, se puede afirmar que los individuos en general o en particular pueden cambiar.
Este modo de pensar tuvo gran aceptación en los Estados Unidos; produciendo gran influencia en la crianza de los niños, la educación, la publicidad y la organización social; dado que las ideas de Watson se ajustaban perfectamente a la filosofía norteamericana, basada en la practicidad, la fe en el progreso y en la igualdad de oportunidades.
Aunque Watson tuvo gran protagonismo en la difusión del conductismo en su país, las ideas conductistas sobre la psicología, las tendencias hacia la objetividad y hacia la importancia del medio ambiente ya se estaban desarrollando desde hacía tiempo.
Con respecto al aprendizaje de las reacciones emocionales, Watson reconoce tres emociones básicas heredadas: el miedo, la ira y el amor; consideradas como pautas de movimiento y no sentimientos conscientes.
Watson rechazó la distinción entre el cuerpo y la mente y solamente le dio importancia a la conducta objetiva.
Su influencia fue tan determinante, que actualmente en los Estados Unidos, gran parte de la teoría del aprendizaje y de los tratamientos terapéuticos psicológicos son variaciones de la teoría conductista.
Watson no completó su teoría, que adolece de algunas incongruencias, pero sus seguidores se encargaron de completarla.
Más que por la construcción de un sistema, Watson es reconocido por el verdadero entusiasmo en su punto de vista filosófico, que permitió a otros, dentro de ese marco de referencia construir una teoría más completa sobre el aprendizaje.
Fuente: “Teorías Contemporáneas del aprendizaje”; Winfred F. Hill.