El Behaviorismo
El Behaviorismo es una corriente psicológica de principios del siglo XX, también denominada Conductismo, que se impone en los Estados Unidos durante muchos años.
J.B. Watson (1878-1958), que se considera el fundador de esta escuela, sostiene que se puede desarrollar una psicología científica de la misma manera que cualquier otra ciencia natural, en forma objetiva y experimental sin tener en cuenta los procesos mentales ni la conciencia; con el objetivo de predecir y controlar el comportamiento.
Para poder considerar a la psicología una ciencia Watson le asigna un objeto de estudio observable verificable: la conducta, o sea las relaciones entre estímulos y respuestas.
Por ejemplo, para estudiar el miedo es necesario buscar los estímulos que lo causan y no las posibles razones internas del sujeto.
Un psicólogo necesita prever el comportamiento para poder modificarlo y crear otros nuevos.
Se trata de una forma de pensar pragmática que exige contar con una teoría del aprendizaje.
Watson se basa en el aprendizaje mediante condicionamiento, siguiendo la teoría del fisiólogo ruso Ivan Pavlov(1849-1936).
Según las experiencias de Pavlov con animales, el aprendizaje se produce cuando se presenta en forma repetida un estímulo seguido de la presentación de la comida.
Con el objetivo de fundar una psicología científica, Watson se aparta de las dos corrientes opuestas de la psicología americana, el funcionalismo de William James, John Dewey, James Rowland Angell; que propone el estudio de la función adaptativa de la conciencia y el estructuralismo de Edward Bradfor Titchener, con el análisis de los elementos de la conciencia y de su modo de composición.
El behaviorismo se adhiere a los conceptos de la filosofía positiva de Auguste Comte (1798-1857), opuesta a la introspección y al finalismo, limitando la actividad científica a la observación y a las reacciones regulares o leyes del comportamiento.
El mecanismo de los cambios de la conducta es el de asociación, concepto que comparten todas las teorías behavioristas del aprendizaje.
Esta posición está inspirada en la filosofía asociacionista de John Locke y David Hume de los siglos XVII y XVIII, que sostiene que el mecanismo básico del conocimiento se produce por asociación de percepciones e ideas.
Dicha concepción es asimilada por Watson y adaptada al plano de la conducta.
Para Watson todas las conductas y hábitos son condicionamientos, ignorando cualquier hipótesis sobre los mecanismos internos que lo engendran y excluyendo toda investigación relacionada con esa “caja negra”.
Esta corriente de pensamiento relativiza las posiciones innatistas y especulativas sobre el contenido de la mente humana y le otorga especial importancia a la influencia del ambiente.
Watson, coherente con su filosofía, educó a sus propios hijos con los principios del aprendizaje behaviorista, sin embargo, no pudo evitar que uno de sus hijos se suicidara y el otro no pudiera resolver por sí mismo sus conflictos.
Las teorías son aproximaciones a la verdad y no constituyen verdades absolutas. Lo mejor es no vivir cerrado a una sola manera de pensar porque nadie es dueño de la verdad.
Fuente: “Filosofía hoy”; “Gran Historia de la Psicología”.