Pena de Muerte o Reclusión Perpetua
En Estados Unidos hoy se llevó a cabo, por medio de una inyección letal, la ejecución de un reo, que estuvo catorce años preso a la espera de una posible remoción de su condena, por la de cadena perpetua, en el pabellón donde se encuentran las celdas de los condenados a muerte.
No importa cuál haya sido su delito, porque matarlo no le devolverá la vida a la víctima, lo que sí importa es que la sociedad demuestra un propósito vengativo haciendo lo mismo con él; objetivo que no coincide con el espíritu de las leyes modernas, que consideran que las cárceles deben ser lugares de rehabilitación y no de castigo.
La humanidad ha mejorado los métodos para matar dentro de la ley, a los asesinos que según los jurados merecen morir, porque antiguamente se utilizaba la silla eléctrica, la horca o la guillotina; pero no ha cambiado en cuando que sigue considerándose a un asesino, un mal sujeto que merece un castigo y no una persona que debe ser separada de la sociedad con la posibilidad de rehabilitarse.
La justicia no debería hacer lo mismo que ha hecho un reo con su víctima, o sea quitarle la vida, ya que su función es actuar con racionalidad separando a las personas peligrosas de la sociedad con la posibilidad de rehabilitarla.
El hombre es imperfecto y cualquiera se puede convertir en un asesino por distintas razones.
Las principales razones para cometer un crimen son las enfermedades mentales, congénitas, hereditarias o adquiridas, las condiciones familiares disfuncionales, la falta de educación, el abandono, el abuso físico y sexual y las adicciones; y la pena de muerte puede ponerle fin a la vida de un sujeto pero no puede terminar con el problema.
Los psicópatas pueden andar sueltos, ya que es una enfermedad difícil de detectar orgánicamente, que sólo sale a la luz cuando estos enfermos cometen una conducta antisocial grave.
Son personas que no han incorporado valores y que no discriminan entre el bien y el mal, condiciones que se atribuyen a una anomalía mental orgánica indetectable aún, combinada con una estructura familiar enferma. Su cerebro parece funcionar bien e incluso es frecuente que tenga un coeficiente intelectual superior al normal; pero puede tener doble personalidad, parecer normal y razonar correctamente aunque partiendo de premisas falsas.
Sólo si la recuperación no es posible, como ocurre en general en estos casos, se puede justificar una reclusión perpetua.
Las estadísticas revelan que la pena de muerte no ha demostrado ser una medida que haya disminuido los delitos, de modo que no sirve para evitar los crímenes. Por esta razón ha sido abolida en casi todos los países del mundo y también en muchos estados de Norteamérica.
Las cárceles deberían convertirse en instituciones educativas y psiquiátricas, centradas en el desarrollo y la capacitación y en el tratamiento psicológico de las personas que han delinquido, que en general, pertenecen a clases pobres y no han tenido oportunidad de recibir instrucción alguna. Los ricos no van a la cárcel porque pueden pagar buenos abogados.
Estados Unidos es el país que tiene mayor cantidad de presos en las cárceles en relación a su población, que cualquier otro país del mundo.
Es un país donde la competencia es feroz, donde el ser humano se ha convertido en una máquina y puede ser descartado como un objeto cuando ya no se ajusta al perfil, donde todavía existe discriminación racial y donde sólo tienen oportunidades los más aptos.
Es lógico que los que no gozan de ningún privilegio intenten sobrevivir a cualquier costo.