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Principio del placer y principio de realidad en Freud

Publicado por Betina Ganim

Sigmund Freud

Hay que tener en cuenta que en lo que hace a la transmisión de la enseñanza de Jacques Lacan, siempre hay que leerla con cierta perspectiva de los problemas que está siguiendo en cada momento.

En este Seminario 5 que estamos siguiendo en estos posts, tenemos esto de que venía hablando el post anterior: la ubicación del principio del placer. Es por eso un momento primero, el del acceso como tal a los significantes que están en ese lugar Otro, antes aún de que se empiece a usar eso para mensajes.

Hemos visto eso especialmente vinculado a la noción de deseo. Eso estaba además muy bien porque todos estos temas Freud los empieza a articular en una teoría del sueño y de la realización desiderativa en los sueños, la teoría de los sueños.

Ahora vemos que a nivel del deseo será un problema pensar, si es así, qué es lo que puede satisfacer el deseo, porque como he dicho antes (los remito al post anterior)su objeto siempre quedará ausente.

Pero este primer momento, esta constitución del deseante, Freud la llama principio del placer. Entonces van a ver que hay una observación vinculada a que cualquier cosa que pensemos en términos de satisfacciones, como término general, o como placeres, cuando soy deseante lo único que hago es un llamamiento de significantes, porque es en esos significantes mismos que debe haber satisfacción.

Toda esta problemática continúa después en Lacan sobre el goce y el significante, y cómo al entrar el significante, entra al mismo tiempo, goce. Noción que después hay que hacer entrar para ajustar aún más allá al principio del placer…Entonces estamos acá en lo que fue el primer planteo, el principio del placer, y luego cómo se arma una realidad en un proceso secundario. Imagínense cuando además viene Freud y dice que además hay algo en esta relación originaria con el significante, lógicamente previo al principio del placer, y que es un más allá del principio del placer.

Pero por ahora mantengámonos con el término placer y esas observaciones que les destaco: un campo nuevo a estudiar, un campo imposible de vincular con los objetos. Es un campo nuevo de satisfacción, que no es animal, estrictamente ligado, enganchado -porque hasta allí no hay todavía mejor teoría- a los significantes mismos.

Ocurre algo cuando con lo «alucinado» del principio del placer puede armarse como mensaje, algo muy importante en lo que llamamos principio de realidad, que es solamente una fabricación de lenguaje a nivel de mensajes, y no una captación de la realidad en sí.

Por ejemplo: «tráeme una taza de café». Podemos quedarnos alucinando esa taza de café, pensando en los signos que componen esa frase, con el placer de ese primer proceso, pero luego eso también puede implicar una demanda al Otro, un mensaje. Eso ya es principio de realidad.

Bien, llegaremos por hoy hasta aquí, y seguiremos avanzando el próximo post en relación a esta temática freudiana que es retomada por los postfreudianos de un modo que Lacan cuestiona con su propia teoría significante.

FUENTE: LACAN, JACQUES. EL SEMINARIO DE JACQUES LACAN, LIBRO 5, LAS FORMACIONES DEL INCONSCIENTE. ED. PAIDÓS