Descubre la terapia de pareja.
Resulta casi imposible encontrar una pareja que haya gozado de una vida común sin algún tipo de crisis. Tras el período inicial de enamoramiento aparece la verdadera prueba de amor: la convivencia, el día a día, el crecimiento personal. Francamente, los obstáculos son numerosos y habremos de ser capaces de saltarlos eficazmente por el mantenimiento de una relación sana. Sin embargo, es frecuente encontrarnos perdidos ante los problemas que surgen dentro de la pareja por lo que resulta muy recomendable asistir a terapia de pareja. Afortunadamente, éste es un recurso cada vez más utilizado y menos estigmatizado. Normalizar el hecho de necesitar ayuda externa siempre resulta liberador y promueve una actitud de apertura hacia la intervención que se va a realizar.
Cuando una pareja busca orientación acerca de cómo solucionar sus problemas o dificultades de un modo óptimo, debe saber que el profesional no cuenta con una varita mágica y que la carga de trabajo descansa sobre los miembros de la pareja. Por tanto, tendrán que estar dispuestos a reflexionar y a actuar sobre todos los elementos de la situación: circunstancias, la relación, uno mismo, el entorno, etc. Como consecuencia de lo anterior, estar abierto al cambio, tanto propio como el del otro, será la primera puerta a franquear para asegurar el éxito de la terapia.
Es posible que, no habiendo conflictos importante en la pareja, ésta necesita quizá solventar otras cuestiones que también son objeto de intervención en la consulta de un terapeuta de parejas.
Cuántas veces has sentido que tu relación está estancada, que parece que no avanza hacia ningún lugar, que permanece inmóvil. Esta situación desespera y disminuye la energía que empleamos en cuidarla con lo cual mermará su calidad. Habrá que trabajar en una línea que dinamice el aspecto oportuno en cada caso particular.
A veces, no tenemos una idea clara de lo que está sucediendo dentro de la relación. Sin descifrar la causa no podremos encontrar la solución.
El ajetreo diario apenas nos deja tiempo para el autoconocimiento. Cuanta más información manejemos sobre nosotros mismos, más precisos seremos en nuestro diagnóstico de la situación. Tener un conocimiento profundo de uno ismo, comprendernos conlleva una mejor y mayor comprensión de la pareja y del otro ya que la percepción es más realista. De este modo, el cambio será más fácil, más eficaz, más dinámico y menos traumático.
Razonar y verbalizar sobre las dinámicas de la pareja, sus maneras de relacionarse, de enfocar las situaciones de resolverlas, de mostrar los afectos o no hacerlo nos proporcionan un esquema claro sobre cómo hemos ido construyendo la buena o mala relación presente.
Lógicamente, en la terapia se abordan todas estas cuestiones de forma holística bajo la dirección de un buen profesional que sabrá gestionar y priorizar en cada momento.
En suma, lo que se pretende es que las relaciones de pareja comulguen y sean consonantes con las preferencias, las predilecciones, las aptitudes y las tendencias personales de cada persona, de manera que sea un elemto más que proporcione coherencia a ese todo formado por la persona. El amor ha de ser un elemento concordante, no disonante.